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Se necesitan mejores datos para tomar mejores decisiones
Ginebra, 8 de marzo de 2022 (OMM) — Los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima han hecho un llamamiento para que se adopten medidas más urgentes y coordinadas "a fin de proteger a las personas y a las generaciones futuras" a la luz de los nuevos y alarmantes indicios científicos publicados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), según los cuales la disponibilidad de agua está cada vez más amenazada en todo el mundo y los peligros relacionados con ese recurso se multiplican en el conjunto del planeta.
En la actualidad, aproximadamente la mitad de la población mundial debe hacer frente a condiciones de escasez grave de agua durante al menos una parte del año y se prevé que esa situación empeore a medida que el cambio climático altere las pautas de precipitación y ello repercuta en el conjunto del ciclo del agua. Las consecuencias de los cambios hidrológicos derivados del retroceso de los glaciares y del deshielo del permafrost se acercan al punto de no retorno.
Solo el 0,5 % del agua de la Tierra está disponible en forma de agua dulce y puede utilizarse como tal. Sin embargo, en los últimos 20 años, los depósitos de agua continental —toda el agua que se encuentra sobre la superficie terrestre y debajo de esta, incluida la humedad del suelo, la nieve y el hielo— se han reducido a un ritmo que supera el volumen total de agua que las personas consumen durante un año. Esto conlleva implicaciones de gran envergadura para la seguridad hídrica, dado el aumento demográfico y la degradación medioambiental.
"Abanderamos el cambio de paradigma que redundará en una mejor resistencia de nuestras sociedades y economías al cambio climático. Un mejor uso del agua permite fortalecer la seguridad alimentaria, proteger la salud y los medios de subsistencia, promover una transición justa a la energía limpia, construir ciudades inteligentes en materia de agua y clima, salvaguardar el medioambiente, forjar economías resilientes, ayudar al mundo a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y cumplir los compromisos mundiales relativos al clima", afirmaron los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima en un llamamiento a la acción.
Al reconocer que "no se puede gestionar lo que no se mide", los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima también se comprometieron a establecer un Sistema Mundial de Información sobre el Agua a fin de suplir las carencias en materia de datos fiables e información práctica.
"Necesitamos datos para entender el modo en que el cambio climático afecta a nuestros sistemas hídricos, para saber en qué lugares se dispone de agua, en qué cantidades y cuál es su calidad, ahora y en el futuro. Necesitamos información para determinar los lugares y las estrategias que permitirán aplicar de forma óptima las medidas adoptadas para acceder a este preciado recurso y protegernos de los peligros y los desastres relacionados con el agua. Los datos también son decisivos para poder adoptar decisiones inteligentes", se afirmó en el llamamiento a la acción.
"Sin embargo, las carencias son importantes: los datos son incoherentes e incompletos, y los lugares en que se recopilan están dispersos".
Entre los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima cabe destacar representantes del más alto nivel de países vulnerables al deshielo de los glaciares, las inundaciones y la sequía, así como también de organismos de las Naciones Unidas y para el desarrollo, empresas, la sociedad civil y la juventud. La misión de este eminente grupo consiste en proporcionar orientación estratégica sobre la integración de los programas relativos al agua y el clima y acelerar la consecución de los ODS.
Impactos, adaptación y vulnerabilidad en la esfera del agua
En el nuevo informe del IPCC de 2022 sobre el cambio climático, dedicado a los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad, se evidencia la gran envergadura de la inminente crisis del agua y los inmensos desafíos que entraña la gestión de los recursos hídricos.
La disponibilidad de agua fruto del deshielo —una de las principales fuentes de las que se nutre el riego en algunas partes del mundo— va a disminuir, mientras que la pérdida de masa de los glaciares prevista a nivel mundial reducirá la cantidad de agua disponible para la agricultura, la generación de energía hidroeléctrica y los asentamientos humanos a medio y largo plazo.
Se prevé que los cambios en la magnitud y la ocurrencia de los flujos fluviales, así como los fenómenos extremos asociados, perjudicarán a los ecosistemas de agua dulce de muchas cuencas. La dimensión de los daños directos causados por las crecidas aumentará con cada fracción de grado de subida de la temperatura.
Según se apunta en el informe del IPCC, la mayor parte del conjunto de políticas de adaptación al cambio climático documentadas se dedica a la adaptación a los riesgos e impactos relacionados con el agua. No obstante, en esa publicación se advierte de los efectos contraproducentes que podría entrañar una gestión deficiente de las medidas de adaptación: a modo de ejemplo, se explica que los proyectos de riego mal gestionados podrían reducir el riesgo de sequía, pero al mismo tiempo podrían acelerar el agotamiento de las aguas subterráneas y de otras fuentes de agua e incrementar la salinización del suelo.
Llamamiento a la acción
En vista de los crecientes desafíos y de la urgente necesidad de adoptar medidas, los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima piden:
- la adopción de un enfoque integrado con respecto al agua y el clima, en el que se reconozca que, para poder tomar decisiones bien fundadas en el marco de las iniciativas de mitigación del cambio climático y de adaptación a ese fenómeno, se debe tener en cuenta el agua;
- apoyo internacional para mejorar los datos y la información sobre el agua en pos de un mundo preparado para el clima, a fin de propiciar la colaboración necesaria para poner en marcha un Sistema Mundial de Información sobre el Agua que proporcione datos sobre el estado, la evaluación y las perspectivas de ese recurso al objeto de tomar decisiones inteligentes en las esferas del clima y del agua;
- la incorporación de asociados para fines de ejecución, con miras a que respalden aquellas soluciones que permitan la adopción de decisiones fundamentadas, como un inventario del agua y el clima, un mecanismo de información sobre la criosfera, una nueva lógica de financiación, la colaboración con el ámbito local y la cooperación entre cuencas fluviales;
- el reconocimiento de la necesidad de proteger los glaciares, y que se comprenda la función de esas masas de hielo en cuanto que una de las fuentes más importantes de agua dulce y se aúnen esfuerzos para preservar esos recursos mediante la instauración, en 2025, de un Año Internacional para la Conservación de los Glaciares.
Notas para los editores:
Los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima son un grupo de eminentes representantes de los Miembros de las Naciones Unidas, la sociedad civil y el sector privado, invitados por el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), señor Petteri Taalas, y el Presidente de ONU-Agua, señor Gilbert Houngbo.
La Coalición para el Agua y el Clima busca acelerar el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (agua y saneamiento) mediante un mecanismo de acción concreto, ya que el mundo está lejos de conseguir una adaptación resiliente de los recursos hídricos al cambio climático y al desarrollo demográfico y socioeconómico del futuro.
Fuente:
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La extracción de oro es una de las principales fuentes de contaminación de mercurio. En la imagen, zona de extracción aurífera en Guyana. Shutterstock / kakteen
El mercurio es un metal pesado presente en la corteza terrestre de forma natural que, por sus particulares características, ha sido ampliamente utilizado por los seres humanos desde la antigüedad.
A nivel medioambiental, este elemento preocupa por los efectos tóxicos que puede causar a los seres vivos, incluidos los seres humanos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud considera al mercurio entre las diez sustancias más preocupantes para la salud pública.
El mercurio, un contaminante global
El mercurio causa un gran impacto en el medio ambiente porque está presente por todo el planeta, tanto en el aire (atmósfera) como en las masas de agua (hidrosfera) y en los organismos vivos (biosfera). Se acumula principalmente en los ecosistemas terrestres, sobre todo en los suelos.
En cuanto a su origen, este metal es emitido desde fuentes naturales y antrópicas. Entre las primeras se incluyen la actividad geotérmica, los volcanes o los incendios forestales. Entre las fuentes antrópicas, podemos citar la quema de combustibles fósiles (sobre todo carbón), la producción industrial de cloro, cemento y metales y, especialmente, la extracción artesanal de oro a pequeña escala.
El complejo ciclo del mercurio
El ciclo del mercurio comienza cuando es emitido, principalmente a la atmósfera. Una vez allí, puede ser transportado muy lejos y transformarse en otros tipos de mercurio o caer sobre la superficie de ecosistemas terrestres y acuáticos mediante un proceso llamado deposición.
Este metal puede permanecer en la atmósfera hasta dos años antes de su deposición sobre los suelos, los ríos y lagos y la vegetación. El papel de las plantas en el ciclo de este elemento es muy importante. Las hojas son capaces de captar el mercurio de la atmósfera durante su crecimiento, transfiriéndolo al suelo cuando mueren y caen.
Por último, el mercurio puede ser retenido durante un periodo de tiempo variable en algunos compartimentos naturales o reservorios, sobre todo en los suelos, en los sedimentos y en las aguas oceánicas profundas.
Representación esquemática del ciclo global de mercurio. Las flechas punteadas reflejan emisiones a la atmósfera y los números rojos son valores de mercurio almacenado en reservorios en gigagramos (1Gg = 10⁹ g). Antía Gómez y Melissa Méndez, Author provided
La acumulación del metal en esos reservorios debe entenderse como un hecho positivo para el medio ambiente, puesto que reduce la cantidad de mercurio que se está moviendo en su ciclo global. Por lo tanto, habrá menos mercurio que pueda provocar toxicidad sobre los organismos vivos.
Sin embargo, perturbaciones antrópicas del ciclo del mercurio a través de grandes incendios forestales, la erosión de los suelos, los cambios de usos del suelo o el cambio climático pueden afectar a la cantidad de mercurio almacenada en los suelos, las aguas superficiales y los sedimentos. Además, dado que el mercurio se une fácilmente a la materia orgánica, cualquier desajuste o alteración en el ciclo del carbono también afectará al comportamiento medioambiental del mercurio.
Reducir las emisiones, una solución a largo plazo
En el año 2017, con el objetivo de proteger la salud humana y conservar el medio ambiente, entró en vigor el Convenio de Minamata que actualmente está respaldado por 135 países. Los Estados firmantes se comprometen a reducir paulatinamente la utilización de mercurio a nivel industrial y su eliminación de ciertos productos comerciales, lo que supondría una progresiva disminución de las emisiones de mercurio a la atmósfera.
Por supuesto, este convenio está siendo fundamental en la lucha contra la contaminación ambiental generada por este metal. Sin embargo, se está observando que una reducción de las emisiones antrópicas no se traduce en un descenso equivalente del mercurio presente en la atmósfera.
Si bien las acciones realizadas bajo el Convenio Minamata van por el buen camino, sus resultados no se ven reflejadas de forma inmediata en el ciclo global del mercurio. Esto es debido a que parte del mercurio acumulado en los reservorios naturales durante décadas y décadas de fuertes emisiones va a seguir revolatilizándose durante un largo periodo de tiempo, incluso después de que sus emisiones hayan cesado por completo.
Metilmercurio, un tóxico invisible
El mercurio que llega a ecosistemas acuáticos como ríos, lagos y océanos puede transformarse, mediante complejos procesos bióticos, en una especie de mercurio mucho más tóxica: el metilmercurio.
El metilmercurio es una sustancia neurotóxica, sobre todo para mujeres en etapa de gestación y niños de corta edad, que provoca problemas de crecimiento y retardo en el desarrollo mental.
La capacidad del metilmercurio para almacenarse en los organismos vivos (bioacumulación) y acumularse en la cadena trófica (biomagnificacion) hace que la presencia de esta sustancia en los alimentos sea la principal vía por la que los seres humanos están expuestos a la toxicidad del mercurio.
Es habitual encontrar contenidos elevados de mercurio en los eslabones más altos de la cadena trófica de los ecosistemas marinos, que corresponden a peces carnívoros de gran tamaño (algunas especies de atún, el pez espada, o el tiburón, por ejemplo), de ahí que se recomiende evitar un consumo frecuente de estas especies entre los grupos de población más sensibles.
En definitiva, el plan de acción contra la contaminación por mercurio está pasando tanto por una reducción de las emisiones como por cualquier medida destinada a paliar los efectos indirectos del cambio climático. Todo esto acompañado, por supuesto, de la labor de investigadores de todo el mundo que contribuyen con su valioso trabajo a incrementar el conocimiento sobre el ciclo global y la peligrosidad ambiental de este metal.
Fuente: Antía Gómez Armesto, Investigador postdoctoral en el área de Edafología y Química Agrícola, Universidade de Vigo y Melissa Méndez López, Investigador Predoctoral en el Área de Edafología y Química Agrícola, Universidad de Vigo