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VOLAR COMO LAS ÁGUILAS: EL APOYO METEOROLÓGICO AL VUELO EN PARAPENTE. Parte I (introducción)

 (Fotografía tomada del artículo original de la autora)

Autora: Paloma Castro Lobera, delegada territorial para Castilla La Mancha, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

1. Introducción

Cada año, desde la primavera hasta el otoño (de marzo a octubre) la cara amable de la atmósfera, puede permitir la práctica del parapente y el grupo de aficionados, si es experto del lugar, lo suele aprovechar. Por ello, los amantes de las térmicas aprovechan para hacer turismo desde el cielo, captando impresionantes vistas y conociendo mejor la tercera dimensión, la altitud en silencio y de forma pacífica. Por ejemplo un deportista de parapente puede salir desde algún punto elevado de la provincia de Segovia (quizá desde la Mujer Muerta, de la Sierra de Guadarrama) y en el mejor de los casos, aparecer por ejemplo en la provincia de Soria, recorriendo unos 170 kilómetros de una manera placentera (sin tráfico) por el aire, sin más preocupación que la de mantenerse allí, no solo movido o arrastrado por un viento de suroeste o de componente oeste en niveles medios, sino, más bien, mecido y dirigido con las térmicas desde los niveles de partida (2197 metros en el caso del pico más alto de la Mujer Muerta, su cabeza). Como es sabido “la Mujer Muerta” se extiende de oeste-suroeste a este-noreste a lo largo de unos 11 km, y en su línea de cumbres hay montañas que superan los 2100 metros de altitud. El pico más alto de la sierra es precisamente La Pinareja, con 2197 metros, que es la cumbre que forma su cabeza. Siguiendo la línea de cumbres llegamos al pecho, sobre el que tiene sus manos, Peña el Oso, y la tercera cumbre, que formaría los pies, sería el Pico de Pasapán. Cualquiera de estos picos o sus proximidades pueden servir para la formación de térmicas. Están dotados de altura suficiente para arrancar el vuelo. El objetivo de este artículo es describir el mejor apoyo meteorológico posible in situ, desde el punto de salida y en el aire, considerando los mejores datos para un posible aterrizaje más o menos cercano o lejano del punto de salida. En cualquier caso, dentro de la instrucción o formación de un deportista de parapente debería estar la meteorología, debe saber cómo subir con ayuda del aire y como bajar. Los deportistas de parapente requieren una destreza y capacidad especiales, entre ellas, deberían amar la meteorología y hacer todo lo posible para conocer las condiciones meteorológicas en tiempo real, al menos de dos variables fundamentales para su viaje: el viento y la temperatura.

[https://blog.urquiabas.com/los-deportes-aereos-mas-demandados/]

¿Cómo funciona un parapente? ¿Es igual que un paracaídas? La respuesta es que este sólo puede ayudar en el descenso, el parapente es algo más ya que sí que vuela. Esto se debe a que los parapentes tienen la capacidad aerodinámica para planear, cómo las águilas. Estos vuelan porque tienen a la misma aerodinámica que los aviones. Los parapentes son impulsados por la fuerza de la gravedad. Su única ala tiene un diseño que le permite planear sin motor, pues esa única ala aprovecha las fuerzas aerodinámicas al máximo, así como las ascendencias térmicas y la fuerza del viento, consiguiendo así mantenerse en el aire. Además los parapentes pesan menos que el piloto, por lo que éste puede despegar y aterrizar de pie muy fácilmente. Incluso sin la necesidad de contar con grandes corrientes de viento. No requiere de una fuerza o impulso externo para poder volar. Es un despegue y un aterrizaje muy sostenible, tampoco el vuelo necesita combustible. Para poder tener la mejor experiencia posible es muy importante tener el parapente siempre a punto (revisar su material) y sobre todo que las condiciones meteorológicas sean las adecuadas. No se recomienda volar cuando haya precipitaciones (de nieve, lluvia o granizo).

El vuelo puede tener una duración de entre 10 minutos y horas, según las condiciones meteorológicas. Los parapentes están fabricados con materiales y tejidos que no tienen una gran estructura rígida, son realmente flexibles. Se pueden guardar muy fácilmente incluso dentro de una mochila, (el transporte y el almacenamiento de un parapente es algo realmente sencillo que omitimos por razones de extensión).

 

Enlace a la parte II