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Coronavirus: la falta de vuelos y las dificultades para el pronóstico meteorológico

Los efectos secundarios del COVID 19 están haciéndose presentes: la disminución en la cantidad de vuelos puede degradar la calidad de los pronósticos del tiempo, aunque las observaciones manuales, hoy, son una salida. Lucas Berengua, meteorólogo del Servicio de Meteorología Nacional explicó cuáles son las consecuencias directas del COVID 19 en el plano de la meteorología actual.

Es importante aclarar que los aviones, además de ser uno de los medios de transporte más seguros, son una herramienta que resulta esencial para los registros de mediciones meteorológicas dado que, en cada uno de sus viajes, informan a los distintos servicios meteorológicos los datos de la atmósfera, en el despegue, aterrizaje así como durante el vuelo. En ese sentido, en un día de actividad normal, se suelen recibir alrededor de 230 mil observaciones, entre las que se incluye la temperatura, el viento y la humedad.

 Influencia del coronavirus

A partir de la expansión de la pandemia del COVID 19, las cosas han cambiado en varias áreas y la meteorología, es una de ellas: a partir del coronavirus se modificó, drásticamente, el volumen de vuelos y por lo tanto, de los datos a disposición: “una de las mediciones que más utilizamos son las que nos emiten las aeronaves en vuelo cada vez que despegan y llegan a nivel de crucero; están a nivel de crucero y realizan su descenso, donde nos envían datos de temperatura ambiente, velocidad y dirección del viento y es una de las mediciones más caras y más exactas que existen y que en nuestro país, también se están haciendo sin interrupción (las que realizamos desde superficie) pero evidentemente, con el parate de los vuelos a nivel mundial, se ha visto afectado este parámetro tan importante para la predicción meteorológica como para la vigilancia del clima” indicó Berengua.

Así, hacia fines de marzo, en Europa, hubo una reducción de más del 60% en los informes recibidos de aeronaves (en comparación con principios de ese mismo mes). A nivel mundial, la reducción fue de alrededor un 42% y se espera que ese número se incremente con el correr de las semanas.

La importancia de esta situación radica en que esos datos alimentan los modelos de pronóstico numérico sobre los que se construyen los pronósticos meteorológicos: la función de las observaciones es darle, a los modelos numéricos, las indicaciones desde dónde partir a calcular la evolución de la atmósfera. Entonces, cuántos más datos se incorporen, menos suposiciones se harán durante la elaboración de pronósticos, por ende, más certeros serán.

Según explicó el meteorólogo consultado, el Servicio Meteorológico Nacional de Argentina “tanto como los otros 193 estados o territorios miembro que formamos parte de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) emitimos, cada dos o tres horas, información meteorológica de impacto mundial, esto significa que toda la información meteorológica que Argentina, la región y el mundo miden, se encuentra disponible en tiempo real para ser utilizada por todos los Servicios Meteorológicos del Mundo a la hora de pronosticar y analizar el tiempo y generar avisos de alerta o de seguimiento climatológico a través del promedio de todos estos datos”.

Toda esa actividad se centra en lo que es el Sistema Mundial de Observación de la OMM que “es la piedra angular de todos los servicios y productos meteorológicos que conformamos los 193 países que formamos parte de este Organismo de la ONU” explicó.

 Sistema de observación y COVID 19

 Una de las piezas importantes del Sistema de Observación son parcial o totalmente automáticas, tales como los satélites, los radares, las boyas o las estaciones meteorológicas automáticas, “con lo cual, en principio, deberían seguir funcionando, sin un deterioro importante, por un par de semanas. Pero, hay que tener en cuenta que, si la pandemia se prolonga, las labores de reparación o mantenimiento, en algunos casos, van a ser muy complicadas” aseguró Berengua e insistió en que otra de las partes que se está viendo afectada es la vinculada al tráfico aéreo.

“Las aeronaves comerciales contribuyen al programa de retransmisión de datos meteorológicos y se sirve de sensores, computadores y sistemas de comunicaciones a bordo de aeronaves que nos permiten tener toda esta información, en tiempo real, para nuestros modelos numéricos” explicó Lucas e indicó que es, a partir de ese sistema, que se producen, tradicionalmente, “más de 700 mil observaciones diarias de alta calidad”, en las variables antes mencionadas. “Además, en algunos casos, se mide también, humedad y turbulencia del aire” agregó.

En ese sentido, contó que, en nuestro país, desde el mes de enero, “el descenso ha sido bruto y la pérdida de datos es realmente dramática” y agregó que, en cuánto a la superficie, “la mayoría de los países desarrollados han automatizado, casi totalmente, las observaciones. Sin embargo, países como Argentina, en vías de desarrollo, todavía no hemos completado el proceso de transición y estamos con observadores meteorológicos de superficie que realizan manualmente y transmiten las observaciones a las redes internacionales para el uso de los modelos climáticos y meteorológicos a escala mundial”; resaltando así el rol de quienes trabajan, a diario, en estaciones locales como la de nuestra ciudad: “nos sacamos el sombrero a nivel jerárquico del Servicio Meteorológico Nacional  por cada uno de nuestros más de 600 observadores meteorológicos que están distribuidos a lo largo y a lo ancho del país como por ejemplo, la estación de Coronel Suárez que hoy se encuentra a cargo de Christian Lizarreta y su equipo de trabajo con lo cual, su abnegado trabajo de día a día, de 6 de la mañana a 21 de la noche, hacen que hoy Argentina, en este nivel de pandemia que tenemos, todavía pueda seguir brindando la información meteorológica”.

 Días venideros

Los trabajadores de esta área, son de los pocos que continúan trabajando: “la continuidad de datos debe existir, no podemos parar porque, justamente, una de las razones que está relacionada a esta pandemia COVID 19 es el estado del tiempo y el clima que acompaña a la pandemia para su desarrollo, su mitigación o no” aseguró Berengua.

La OMM constató, en las últimas semanas, una notable reducción del tipo de observaciones manuales que se atribuye, directamente, a la incidencia del COVID 19 y de la afección al ser humano que se está provocando. En ese sentido, Lucas aseguró que “se prevé una disminución en la cantidad de las observaciones que va a afectar, de manera relativamente limitada, a la calidad de los productos de predicción pero, cada vez, se dispone de menos observaciones directas de aeronaves y esto sí puede ser muy dramático a la hora de hacer pronósticos del tiempo”.

Además, aseguró que ocurrirá lo mismo si continúa la reducción de observaciones meteorológicos en superficie, “en particular con el COVID 19 porque empieza a repercutir, de manera más amplia, en la capacidad de los observadores para hacer su trabajo en grandes zonas del mundo, un poco más desarrollado”.

De cualquier manera, y ante el escenario que enfrentan, resaltó “la posibilidad de hoy, a principios de abril, indicar que la República Argentina es uno de los pocos, sino el único país en Sudamérica que, en este momento, está manteniendo las observaciones meteorológicas de superficie”.

“Si continuamos con las recomendaciones emanadas por los Ministerios de Salud, de Seguridad y por el Poder Ejecutivo Nacional, seguramente, logrando aplanar la curva, logremos que la información meteorológica no se vea tan afectada como tantas otras actividades en nuestro país”.

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