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El Ártico se quedará sin hielo durante el verano antes de 2050

Un estudio arroja predicciones sobre la situación del hielo en el Polo Norte en distintos escenarios de emisiones de gases con efecto invernadero.

Dirk Notz

El Ártico es una de las zonas del planeta más sensibles al calentamiento global, y el retroceso de su manto helado tiene consecuencias a nivel planetario. Ahora, un estudio que se publica en la revista Geophysical Research Letters analiza los resultados de cuarenta modelos climáticos distintos para tratar de hacer predicciones sobre cuál será la situación, a medio plazo, del hielo que cubre el Polo Norte.

Todos los veranos, la capa de hielo que cubre gran parte del Ártico experimenta un retroceso como consecuencia de la subida de temperaturas, y en invierno este manto helado vuelve a crecer. Como consecuencia del calentamiento global, la capa de hielo Ártico se ha reducido muchísimo en las últimas décadas. En los próximos años, la tendencia de este retroceso dependerá en gran parte del ritmo de emisiones de gases con efecto invernadero.

Escenario de bajas emisiones

Una de las conclusiones más sorprendentes de este estudio es que, incluso si las emisiones de gases con efecto invernadero se redujeran notablemente, el Ártico se verá probablemente libre de hielo durante la época estival.

“Si somos capaces de reducir las emisiones globales de manera rápida y sustancial, manteniendo el calentamiento global por debajo de los 2 °C en relación a los niveles preindustriales, el hielo marino del Ártico probablemente desaparecerá también de forma ocasional en verano”, explica Dirk Notz, que lidera un grupo de investigación sobre hielo marino en la Universidad de Hamburgo (Alemania). “Esto sucederá incluso antes de que llegue el 2050, y es uno de los resultados que más nos ha sorprendido”.

En un escenario más pesimista, con mayores niveles de emisiones, el océano Ártico estará libre de hielo la mayor parte del tiempo, algo que tendría consecuencias en todo el planeta.

Consecuencias de la pérdida de hielo en el Ártico

El año pasado, la extensión media mensual de la superficie del hielo en el Polo Norte en septiembre, mes en el que normalmente registra su extensión mínima, fue la tercera más baja de la que se tiene registro.

Uno de los efectos más conocidos del deshielo de los polos es la evidente subida del nivel del mar, que traería numerosos problemas como inundaciones en algunas de las urbes más pobladas del globo y desencadenaría importantes flujos migratorios.

Se sabe que existe una relación entre la pérdida de hielo en los polos y los patrones de circulación atmosférica y oceánica. Sus consecuencias, así como los mecanismos de retroalimentación que se activen no se pueden predecir con exactitud, pero por ejemplo se ha observado en que en los años que han sido especialmente calurosos en la zona Ártica se han observado patrones meteorológicos persistentes y anómalos.

Además una menor superficie de hielo implica una menor reflexión o albedo de los rayos solares. Esto a su vez hace que la superficie terrestre retenga más calor y, por tanto, se genera un bucle de retroalimentación que conduce a un nuevo aumento de las temperaturas globales.

Por otro lado, los sedimentos depositados en el permafrost marino contienen grandes cantidades de metano, un gas con efecto invernadero que se liberará en grandes cantidades a la atmósfera como consecuencia del deshielo y seguirá contribuyendo al cambio climático.

Referencia: SIMIP Community (2020): Arctic Sea Ice in CMIP6, Geophysical Research Letters https://doi.org/10.1029/2019GL086749

Fuente:   Victoria González