Desde el 5 y 6 de diciembre se instaló en los niveles bajos atmosféricos una masa de aire cálido, de procedencia mediterránea, con alto contenido en humedad. La masa de aire quedó retenida en los valles de los ríos Ebro, Tajo y Guadiana, en una zona de remanso de la circulación, y provocó la aparición de nieblas y nubes bajas muy persistentes. Durante las horas centrales del día, la visibilidad y el techo de nubes fueron mejorando, pero volvían a empeorar en cuanto se ponía el sol. La imagen destacada (figura 1) se corresponde con el día 8 por la mañana.  

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Fuente: “Cortina de lluvia ondulada” en Gurb (Barcelona). Fotografía de Emili Vilamala Benito

Artículo: Darío Cano

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