Los milanos reales (Milvus milvus) nacidos durante un periodo de sequía están en desventaja durante toda su vida, según un estudio realizado en una población de milanos reales del Parque Nacional de Doñana. La investigación se publica en Nature Communications.
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Javier Pérez-Tris, Catedrático de Zoología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Universidad Complutense de Madrid
Para los animales silvestres, las circunstancias en las que se nace pueden decidir si se logrará o no dejar descendencia. Para empezar, los que tienen la mala suerte de crecer durante periodos de escasez, generalmente tienen menor probabilidad de sobrevivir hasta la madurez. Sin embargo, no está tan claro cuál es el impacto de un mal inicio en la vida para los que logran superarlo y llegar a adultos. Una posibilidad es que los individuos capaces de prosperar en la escasez sean más capaces de sobreponerse a problemas similares durante su etapa adulta. Otra bien distinta, que el impacto de unas malas condiciones de crecimiento se prolongue durante toda la vida, poniendo a los individuos en desventaja frente a los que crecieron en situaciones más desahogadas.
Si la naturaleza favorece a los “tipos duros” o a los “de buena cuna”, y si esas desigualdades dependen de las condiciones imperantes en cada momento, son importantes preguntas en ecología evolutiva que Fabrizio Sergio y colaboradores han abordado, aprovechando los datos del seguimiento de la población de milanos reales de Doñana desde los años 70 del pasado siglo. Un milano real puede vivir hasta 30 años, lo que permite observar el desempeño de cada individuo en condiciones muy diferentes. En Doñana, la sequía reduce dramáticamente la abundancia de alimento para los milanos reales, que en los años secos tienen dificultades para sobrevivir y sacar adelante a sus pollos. Lo que descubren Sergio y colaboradores es que los milanos nacidos en periodos de sequía tienen mayores probabilidades de morir que los nacidos en años normales. Y las tienen siempre, también en los años secos. Lejos de otorgarles alguna ventaja durante las sequías que les queda por vivir, las penalidades que sufrieron al inicio de su vida los lastran cuando las cosas vuelven a ponerse difíciles.
Estos resultados, recién publicados en Nature Communications, revelan que para los milanos es mejor criarse con “cuchara de plata” que curtirse en la adversidad desde jóvenes. Como fenómeno biológico no es nuevo; los milanos comparten esta circunstancia con muchas otras especies, incluida la nuestra. Pero pocos estudios lo han documentado con la precisión con que lo han hecho Sergio y colaboradores, lo que confiere a su trabajo una extraordinaria relevancia. El estudio profundiza en los mecanismos que determinan la demografía de los milanos, mejorando los modelos que predicen la progresión futura de sus poblaciones en diferentes escenarios de cambio ambiental, y demostrando de paso la utilidad de los programas de seguimiento a largo plazo de las poblaciones naturales para mejorar su conocimiento y sus perspectivas de conservación. Independientemente de las incertidumbres inherentes a dichos modelos, se espera que las sequías, cada vez más frecuentes e intensas como resultado del cambio climático y de la sobreexplotación del agua de Doñana, azoten con especial virulencia a los milanos nacidos en condiciones de sequía.
Incorporar los efectos de la sequía natal en los modelos demográficos predice una aceleración sustancial del declive de los milanos, reduciendo su tamaño de población proyectado a futuro alrededor de un 40 %, comparado con las predicciones de modelos que no tienen en cuenta ese factor. Malas noticias para los milanos y, probablemente, para muchas otras especies de una región tan amenazada por la aridificación.
No declara conflicto de interés
Fuente: SMC. Publicado: 27/09/2022