Con más de 51.000 observaciones del cielo nocturno hechas a simple vista por la ciudadanía entre 2011 y 2022, un equipo de investigadores concluye que el brillo se ha incrementado del 7 al 10 % por año (según las regiones) en el rango visible por el ojo humano. Según la investigación, publicada en la revista Science, este aumento es más rápido del que se puede observar con los satélites, ya que estos no pueden detectar las emisiones azules de las luces LED, que se usan cada vez más en el alumbrado público
Alejandro Sánchez de Miguel,Investigador en el grupo de Astrofísica Instrumental y Galáctica de la Universidad Complutense de Madrid y líder del proyecto de ciencia ciudadana Cities at Night, Universidad Complutense de Madrid
El artículo me parece bastante robusto. En este caso se están utilizando los humanos como sensores. La fisiología humana no va a cambiar en mucho tiempo y, por tanto, cuando se trata de una cantidad muy grande de datos, [el ojo humano] es más fiable que las imágenes de satélite. Las conclusiones del artículo van en la misma línea de lo que nosotros publicamos hace unos meses sobre lo que pueden decir los satélites. Nos permite ver que la contaminación lumínica está creciendo en todo el mundo, pero no nos permite saber exactamente dónde.
Este estudio indica que el crecimiento de la contaminación lumínica está siendo mucho más rápido de lo que esperábamos y que está siendo global. Lo más importante no es la pérdida de visión de estrellas (eso es una cuestión secundaria): lo realmente preocupante es el impacto ambiental que esto conlleva.
Declara tener relaciones personales o profesionales estrechas con algunos coautores de la investigación.
Fuente: SMC