Según últimos resultados del Proyecto Global del Carbono (publicados recientemente, 13/11/2025), las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de los combustibles fósiles y de la industria del cemento han aumentado en 2025, con una estimación del 1,1 % aproximadamente y alcanzando un récord de 38,1 mil millones de toneladas de CO2 (GtCO2).
No obstante, las emisiones totales de CO2 en 2025 se mantendrán relativamente sin cambios respecto a los niveles de 2024 debido a la disminución de las emisiones de CO2 por cambios en el uso del suelo (Figura 1).

Las emisiones globales totales de CO2 (de origen fósil y por uso del suelo) se han estabilizado notablemente en la última década (2014-25), creciendo solo un 0,3% por año, en comparación con el 1,9% por año durante la década anterior (2004-13) y el 1,6% por año en el periodo de plazo largo entre 1959-2014.
Esta aparente estabilización durante la última década se debe a la disminución de las emisiones por uso del suelo, que compensa los continuos – aunque lentos – aumentos en las emisiones de CO2 de origen fósil.
Sin embargo, aún no hay señales de la reducción rápida y profunda de las emisiones de CO2 necesaria para alcanzar la neutralidad de carbono neto cero y estabilizar las temperaturas globales de acuerdo con el objetivo de temperatura del Acuerdo de París.
Con el actual calentamiento global causado por el hombre, alrededor de 1,36 °C por encima de los niveles preindustriales en 2024, se requeriría unos 170 GtCO2 más al actual balance de carbono para alcanzar 1,5 °C, equivalente a cuatro años de emisiones actuales. En el caso de limitar el calentamiento a 1,7 ºC y 2 ºC , la cantidad de carbono adicional se alcanzarían en 12 y 25 años, respectivamente.
El balance global de carbono
Cada año desde 2006, el Proyecto Global de Carbono proporciona una estimación del “balance global de carbono” (BGC). Esto se basa en estimaciones de la liberación de CO2 a través de la actividad humana y su absorción por los océanos y el suelo, tal que el resto contribuye a las concentraciones atmosféricas del gas.
El último informe anual del BGC (publicado en noviembre pasado) incluye valores estimados para 2025. La Figura 2 muestra la evolución del BGC desde 1959. Los valores positivos representan fuentes de CO2, provenientes de los combustibles fósiles e industria del cemento (sombreado azul oscuro) y de cambios en el uso del suelo (azul medio), mientras que los valores negativos representan sumideros de carbono que eliminan CO2 de la atmósfera.
Cualquier emisión de CO2 que no sea absorbida por los océanos (gris claro) o la vegetación terrestre (gris medio) se acumula en la atmósfera (gris oscuro). Además, se muestra una línea negra discontinua para representar la suma esperada de los sumideros basada en las emisiones estimadas.

a) Sumidero oceánico
Durante la última década (2015-24), los océanos del mundo han absorbido aproximadamente el 29% de las emisiones totales causadas por los humanos, o alrededor de 11,8 GtCO2 por año.
El sumidero de CO2 oceánico se ha mantenido relativamente estable desde 2014 después de crecer rápidamente en las décadas anteriores, reflejando la estabilización de las emisiones globales durante ese período.
Esta estimación de los sumideros de carbono ha sido revisada al alza (con un valor de 26% en versiones anteriores del Balance Global del Carbono, reflejando una actualización importante debido a nuevos datos y modelización del comportamiento de los sumideros de carbono.
b) Sumidero terrestre
El sumidero terrestre absorbe alrededor del 21% de las emisiones globales, o 8,7 GtCO2 por año en promedio durante la última década, aspecto que se discute con más detalle en la siguiente sección. Esto es inferior al valor de 29% en balances anteriores.
c) Acumulación en la atmósfera
La atmósfera continúa acumulando la mayor parte de las emisiones de CO2 causadas por los humanos, con aproximadamente un 49%, con un ritmo promedio de 20,4 GtCO2 por año durante la última década.
La estimación de la tasa de crecimiento del CO2 atmosférico en 2025 es de unos 2,3 ppm (partes por millón), lo que es un poco menos de la tasa promedio decenal de 2,6 ppm durante la última década (2015-24). Esto está muy por debajo del aumento récord de 3,7 ppm en 2024, que se debió principalmente al efecto de las condiciones de El Niño 2023-24 que debilitaron el sumidero terrestre.
Se espera que las concentraciones atmosféricas de CO2 alcancen un promedio anual de 425,7 ppm en 2025, lo que representa un aumento del 52 % por encima de los niveles preindustriales de 280 ppm.
En 2024 sigue existiendo un desequilibrio inusual en el balance anual de carbono, donde la suma de los sumideros es notablemente mayor que las emisiones estimadas. Esto se puede ver en la Figura 2, donde el trazado de la línea discontinua está encima del área sombreada.
Los desequilibrios en el balance anual del carbono no son inéditos. Existen grandes incertidumbres tanto en los datos de emisiones como en las estimaciones de los sumideros. No obstante, el aumento en la cantidad de CO2 que se acumula en la atmósfera en 2024 es mayor de lo que se esperaría en función de las emisiones.
Existen varias explicaciones posibles para el desequilibrio del balance anual de carbono del 2024:
- Los datos de cobertura terrestre para 2024 aún no están completos y es posible que falten algunos datos de emisiones por incendios en el registro. Esto podría dar lugar a emisiones por uso del suelo más altas o a sumideros de carbono más bajos de lo estimado actualmente.
- Alternativamente, podría deberse a que la tasa de crecimiento de CO2 – capturada por estaciones de superficie administradas por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, acrónimo en inglés) – es ligeramente alta. Los registros de CO2 para 2024 de estas estaciones son más altos que los obtenidos con sensores basados en satélites, aunque todavía no está claro cuál proporciona la medición más precisa.
Debilitamiento de los sumideros de carbono y el cambio climático
Junto con el lanzamiento del Balance Global de Carbono 2025, el mismo equipo de investigadores autores del mismo (Friedlingstein et al., 2025) ha publicado un estudio en “Nature” en el que se incluye una estimación detallada de cómo han cambiado los sumideros terrestres y oceánicos como resultado de la actividad humana.
El estudio concluye en que los sumideros terrestres y oceánicos son un 25 % y un 7 % más débiles, respectivamente, de lo que habrían sido sin los efectos del cambio climático entre 2015 y 2024. Esto equivale a una reducción de casi el 20 % en la eficacia de los sumideros de carbono globales actuales (terrestres más oceánicos) y a una reducción del 15 % en comparación con la eficacia que tendrían sin los efectos del cambio climático.
La Figura 3, extraída del artículo en “Nature”, muestra el impacto del cambio climático en el sumidero oceánico, el sumidero terrestre y las concentraciones de CO2 atmosférico desde 1960.

La Figura 3 ilustra que el debilitamiento de los sumideros de carbono debido a la actividad humana ha llevado a un aumento del CO2 atmosférico de 8,3 ± 1,4 partes por millón (ppm) desde 1960. Los efectos combinados del cambio climático y la deforestación han convertido a los bosques tropicales del sudeste asiático y de gran parte de América del Sur de sumideros de CO2 en fuentes.
Friedlingstein et al. (2025) afirman que es probable que estos sumideros de CO2 continúen debilitándose mientras las concentraciones de CO2 en la atmósfera sigan aumentando y el mundo continúe calentándose. Existen una amplia gama de estimaciones sobre las retroalimentaciones del ciclo del carbono entre los modelos climáticos, pero una gran retroalimentación del ciclo del carbono podría resultar en unas pocas décimas de grado de calentamiento futuro.
Emisiones de CO2 por uso del suelo: continúan su tendencia a la baja
Las emisiones globales por uso del suelo proceden de la deforestación, la degradación forestal, la pérdida de turberas y la tala de árboles para obtener madera. Durante la última década (2015-24), el promedio de estas emisiones es de unos 5,0 GtCO2 y el Balance Global de Carbono (BGC) proporciona una proyección inicial para 2025 de 4,1 GtCO2. Esto representa una disminución de 0,5 GtCO2 en las emisiones por uso del suelo en comparación con 2024. El informe del BGC sugiere que esto se debió en gran medida a una combinación de reducciones en la deforestación y la degradación forestal en América del Sur y al fin de las condiciones del El Niño seco 2023-24.
En general, las emisiones por uso del suelo han disminuido alrededor de un 32 % en comparación con su promedio en la década del 2000, con una caída particularmente grande en la última década. Esta disminución es estadísticamente significativa y se debe tanto a la reducción de la deforestación como al aumento de los niveles de reforestación y forestación en todo el mundo.
Tres países – Brasil, Indonesia y la República Democrática del Congo – contribuyen en conjunto aproximadamente al 57 % de las emisiones globales de CO2 por uso de suelo. En el pasado, China ha sido un contribuyente importante de este tipo de emisiones, pero en los últimos años sus emisiones se han vuelto netamente negativas, ya que se han plantado más árboles de los que se han talado. La Figura 4 muestra los cambios en las emisiones a lo largo del tiempo en estos países, así como en el resto del mundo (gris).

Emisiones de CO2 por combustibles fósiles: alcanzan niveles récord
Las emisiones globales de CO2 por combustibles fósiles – incluyendo carbón, petróleo, gas y producción de cemento – aumentaron alrededor de un 1,1 % en 2025 en comparación con 2024, con un rango de incertidumbre de 0,2 a 2,2 %. Esto representa un nuevo nivel récord y supera el récord previo establecido en 2024.
La Figura 5 muestra las emisiones globales de CO2 procedentes de combustibles fósiles, desglosadas en emisiones de los principales países emisores (China y Estados Unidos e India), Unión Europea y el resto del mundo.

Actualmente, China representa el 32% de las emisiones globales de CO2. Se proyecta que sus emisiones para 2025 aumenten en un relativamente pequeño 0,4 %, con un rango de incertidumbre de -0,9 % a 2 %. Dado este rango de incertidumbre, también es posible una disminución en las emisiones chinas, pero esto no se confirmará hasta que estén disponibles los datos completos de 2025.
Estados Unidos representa el 13% de las emisiones globales y se proyecta que las emisiones en 2025 aumenten en torno a un 1,9% (-0,2 a +4,1%) en comparación con 2024. Esto marca un cambio respecto a las tendencias recientes de disminución de las emisiones de CO2.
Se estima que el crecimiento proyectado para 2025 de las emisiones en EEUU se deba a una combinación de tres factores: un inicio de año más frío tras un 2024 templado, lo que llevó a mayores necesidades de calefacción, precios más altos del gas, provocando un mayor uso de carbón en la generación de energía, así como un aumento en la demanda total de electricidad.
India representa el 8% de las emisiones globales de CO2. Se proyecta que en 2025 sus emisiones aumenten un 1,4% (-0,3% a +3,1%) respecto a los niveles de 2024, muy por debajo de las tendencias recientes. Un comienzo temprano del monzón con la mayor cantidad de lluvias registradas en mayo redujo sustancialmente la necesidad de refrigeración en mayo y junio, los meses más calurosos del año. El fuerte crecimiento de las energías renovables, especialmente la solar, también ha ayudado a limitar el aumento de las emisiones en India.
La UE representa el 6% de las emisiones globales de CO2. Se prevé que sus emisiones aumenten un 0,4% en 2025, con un rango de incertidumbre de -2,1 a +2,8%. Esto representa una divergencia respecto a la disminución pasada de las emisiones (aunque con grandes incertidumbres).
El aumento de las emisiones en la UE se debe en parte a la baja generación de energía hidroeléctrica y eólica relacionada con la meteorología (a pesar del aumento de la energía solar), que ha llevado a un incremento en la generación de electricidad a partir del gas. Además, un febrero relativamente frío en 2025 provocó un mayor uso de gas natural para la calefacción.
La aviación y el transporte marítimo internacionales (incluidos en el “resto del mundo” en la Figura 4) son responsables del 3% de las emisiones globales de CO2. Se proyecta que la aviación aumentará un 6,8%, mientras que las emisiones del transporte marítimo internacional se mantendrán estables. El año 2025 será la primera vez que las emisiones de la aviación superen los niveles previos al COVID-19.
El resto del mundo (excluyendo la aviación) representa el 38% de las emisiones globales. Se espera que las emisiones crezcan un 1,1% en 2025 (con un rango de -1,1% a +3,3%).
Datos desglosados por combustión fósil (del carbón, petróleo y gas) y por producción de cemento en los cambios proyectados de las emisiones de CO2 para 2025 por países o regiones se incluyen en el artículo completo publicado en la web de Carbon Brief.
Las emisiones anuales de CO2 por combustión fósil para 2022, 2023, 2024 y las estimaciones para 2025 se muestran en la Figura 6, junto con el cambio interanual, desglosado por país o región. Los valores negativos muestran reducciones en las emisiones, mientras que los valores positivos reflejan incrementos de emisiones.

Estados Unidos contribuye a una gran parte del aumento de las emisiones globales de CO2 de origen fósil en 2025. Los aumentos de emisiones en Estados Unidos durante 2024-25 aportaron aproximadamente el 40% del aumento global total, más que la contribución conjunta de la Unión Europea, China e India.
El Proyecto Global de Carbono señala que las emisiones han disminuido en la última década (2015-24) en 35 naciones, que en conjunto representan el 27% de las emisiones globales. Esto significa un aumento respecto a los 18 países durante la década anterior (2005-14). La disminución de las emisiones en esos países se produce a pesar del continuo crecimiento económico interno y representa un “desacoplamiento” a largo plazo de las emisiones de CO2 y la economía.
La intensidad de carbono de la energía ha disminuido consistentemente durante la última década en China, Estados Unidos, la Unión Europea y, en menor medida, a nivel global.
Crecimiento modesto en las emisiones de CO2 de origen fósil en 2025
En 2025, el carbón es responsable de más emisiones que cualquier otro combustible fósil, representando aproximadamente el 42% de las emisiones globales de CO2 de combustibles fósiles. El petróleo es el segundo mayor contribuyente con un 33% del CO2 fósil, mientras que el gas representa un 21%.
La producción de cemento es responsable de alrededor del 3,8% de las emisiones globales, pero esto se reduce al 1,9% una vez que se tiene en cuenta el sumidero de carbonatación, la absorción de CO2 atmosférico por el hormigón.
Estos porcentajes reflejan tanto la cantidad de cada combustible fósil consumido globalmente, como las diferencias en las intensidades de CO2. El carbón es el que produce más CO2 por unidad de calor o energía generada, seguido del petróleo y del gas.
La Figura 7 muestra las emisiones globales anuales de CO2 por diferentes combustibles fósiles desde 1959 (carbón, petróleo y gas), por producción de cemento y otras fuentes. Mientras que las emisiones por combustión del carbón aumentaron rápidamente a mediados de la década de 2000, se han mantenido en gran medida estables desde 2013. Sin embargo, el uso de carbón aumentó significativamente en 2021 y luego de manera más modesta en los cuatro años siguientes.

La Figura 8 muestra las emisiones totales de CO2 de origen fósil para cada año entre 2022 y 2025 (barras negras), así como el cambio absoluto interanual de estas emisiones desglosado por fuente.

Las emisiones globales de CO2 por combustión del petróleo se redujeron durante algunos años después de 2020, pero volvieron a los niveles previos a la pandemia en 2024 y han continuado creciendo en 2025. Esto refleja que, a pesar de la caída en las ventas de vehículos con motor de combustión interna, aún no se han vendido suficientes vehículos eléctricos como para alcanzar el pico de demanda de petróleo.
Para más información pinchar aquí.
Mensajes Clave
- Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por combustibles fósiles e industria del cemento alcanzarán un nuevo récord en 2025 con unos 38,1 mil millones de toneladas de CO2 (GtCO2), lo que supone un aumento estimado en torno al 1.1% respecto al año anterior.
- Sin embargo, las emisiones de CO2 en 2025 por cambios en el uso del suelo han disminuido, debido a la reducción de la deforestación y la degradación forestal en América del Sur principalmente. Como resultado neto, las emisiones totales de este gas de efecto invernadero se mantendrán casi similares a los niveles de 2024.
- Se estima que las emisiones de CO2 de origen fósil en China e India han aumentado mucho menos en 2025 respecto a la última década, mientras que las emisiones en Estados Unidos y la Unión Europea han crecido este año tras años de descenso.
- Se estima que la concentración de CO2 en la atmósfera alcance 425,7 partes por millón (ppm) en 2025, lo que significa un 52% por encima de los niveles preindustriales.
- Las emisiones totales de CO2 han crecido más lentamente en la última década en comparación con la década anterior (0,3% anual en promedio frente a 1,9%). Esta aparente estabilización en la última década se debe a que la disminución de las emisiones por uso del suelo casi ha compensado los aumentos continuos – aunque lentos– de las emisiones de CO2 por combustibles fósiles.
- La disminución de los sumideros de carbono, especialmente terrestre, ha contribuido en más de 8 ppm al aumento de la concentración de CO2 atmosférico desde 1960 a 2024.
- Si las emisiones totales de CO2 permanecen en los niveles actuales, el balance de carbono adicional al actual para limitar el calentamiento global a 1,5 °C (cuantificado en unos 170 mil millones de toneladas de CO2) se alcanzaría sólo en cuatro años.
Referencias:
– Friedlingstein, P. y 23 coautores: “Emerging climate impact on carbon sinks in a consolidated carbon budget”, Nature, https://www.nature.com/articles/s41586-025-09802-5 (2025)
– Friedlingstein, P. y más de 130 coautores: “Global Carbon Budget 2025”, Earth Syst. Sci. Data Discuss. [preimpresión], https://doi.org/10.5194/essd-2025-659, en revisión (2025).