A finales de julio de este año se llevó a cabo la extracción del fondo del mar de un pecio del siglo XVII en aguas de la bahía de Cádiz, una operación hasta ahora única en España. La hipótesis más plausible es que se trataría de los restos de a un galeón militar español del siglo XVII que transportaba abundantes materiales provenientes de América. La parte rescatada del buque serían unos 20 metros de un grandioso buque, que al parecer podría tener unos 50 m de eslora como se deduce del tamaño de los maderos de roble, y con una apretada disposición de las cuadernas, lo que significa que estaba preparado para la navegación transoceánica. Previamente, en 2013, fueron hallados en el pecio 27 cañones de hierro procedentes de Suecia, 22 lingotes de plata procedentes de las minas del alto Perú (hoy Bolivia), con marcas que los datan en 1651, una campana, un astrolabio, cerámica variada, compases de navegación, elementos de cuero como suelas de zapatos, restos óseos de animales y trozos de guayacán, madera originaria de América muy apreciada por su resistencia que se usaba para ciertas piezas de las embarcaciones y para usos médicos como tratar la sífilis o el reuma.
Quilla rescatada en el pecio Delta 1. Foto de Oscar Cárdenas (Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz)
Con el material se va a abordar un estudio mutidisciplinar que pretende determinar, entre otras cuestiones, la nacionalidad, el proceso de construcción, tipología y vida útil del barco, por qué estaba en Cádiz y a qué se debió su hundimiento. Una vez finalizados los trabajos arqueológicos, “las partes que componen el barco, desarticuladas, sean devueltas nuevamente al mar, donde se preservarán para el futuro en un depósito reversible y perfectamente georreferenciado” según declaraba a los medios Milagros Alzaga, jefa del Centro de Arqueología Subacuática CAS del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
Causas del hundimiento
Según Alzaga, la hipótesis de partida que se baraja es la del hundimiento del buque por el gran tornado que arrasó Cádiz el 15 de marzo de 1671 que produjo gravísimos destrozos en el caserío de un tercio de la ciudad y en unas 17 embarcaciones que se encontraban en su bahía. En favor de esta hipótesis la campana aparecida en la excavación de 2013 reza “Jesús, María y José 1671″. Sobre este evento se ocupó Tiempo y Clima en su número de julio de 2005 (https://pub.ame-web.org/index.php/TyC/article/view/567/563 ). El fenómeno tiene un grandísimo interés meteorológico y climatológico, pues no se conoce en España un tornado de tal intensidad. Los daños que produjeron estos vientos huracanados son los propios de un tornado F3 en la escala de Fujita. En esas fechas del siglo XVII reinaba Carlos II, cuyo reinado de Carlos II en lo económico ha sido calificado por diversos autores como «un remanso de paz», aliviando la presión sobre sus súbditos, permitiendo el superávit y acabando con las sucesivas bancarrotas en las que incurrieron sus antecesores. Cádiz era entonces una ciudad pujante, que había resurgido del asalto y destrucción de los ingleses de 1596 y estaba tomando el relevo a Sevilla como puerto del comercio con América. La construcción civil era bastante sólida, los comerciantes con Indias levantaban edificios de monumentalidad palaciega. La piedra ya era uno de los materiales más utilizados en la arquitectura civil gaditana. Para la ciudad de Cádiz el evento del tornado tuvo una gran trascendencia, no solo por los daños que ocasionó, sino porque parece que condicionó la evolución de los miradores de sus casas hacia lo que hoy se conoce como torres-miradores, elemento muy característico de su arquitectura.
Pero el hundimiento del galeón del pecio Delta 1 pudo haber sido causado en otro evento. Así, al año siguiente, 1672, una borrasca con características tropicales sorprendió a la Armada del Mar Océano, cuando regresaba a Cádiz, frente al Algarve portugués, hundiendo una de sus naos, muriendo ahogados unas 400 personas, entre tripulantes y tropa embarcada, y desarbolando a buena parte de las otras naos que al final de las penalidades consiguieron llegar a Cádiz. Alguna de ellas pudo acabar hundida en la bahía de Cádiz. De esta borrasca y su impacto en la Armada trata uno de los artículos que aparecerá en el número 86 de Tiempo y Clima que se publicará a finales de este mes de octubre.
Muy probablemente la causa hundimiento del buque del Delta 1 fue meteorológica, pues, con diferencia, ésta fue la causa más frecuente de hundimiento de embarcaciones en la época del Imperio Español en América, y más en esa década de 1670 en la que España se mantuvo, sorprendentemente, al margen de los conflictos bélicos.
Campana aparecida en el pecio Delta 1. Foto de Oscar Cárdenas (Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz)
Lingotes de plata del pecio Delta 1. Foto de Oscar Cárdenas (Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz).