Es bien conocido que uno de los efectos del cambio climático es el aumento de la intensidad y frecuencia de los episodios de precipitación extrema con los consiguientes efectos tanto en los ecosistemas como en las infraestructuras. Los episodios de precipitación extrema pueden producirse tanto en forma de lluvia como de nieve, siendo los primeros particularmente peligrosos por producir una escorrentía casi instantánea que puede ser origen de inundaciones. Sin embargo, hasta ahora no se habían estudiado los episodios de precipitación extrema separando los de lluvia y los de nieve. Este estudio analiza por primera vez el efecto del cambio climático –tanto observado como proyectado bajo diferentes escenarios– en la intensidad de los episodios de precipitación en fases líquida y sólida separadamente.
Se aporta como novedad y principal conclusión de este trabajo que los extremos de precipitación en fase líquida (lluvia) –que tienen impactos más negativos que los correspondientes en fase sólida (nieve)– en regiones del hemisferio norte amplifican su intensidad en promedio hasta un 15% por cada grado de calentamiento, que es el doble de lo que se había esperado hasta ahora por el aumento de la capacidad de retención de vapor de agua en un aire más caliente, siendo esta amplificación mayor en zonas con altitudes altas que con altitudes bajas. Esta mayor amplificación de los extremos de lluvia por el cambio climático en zonas de montaña del hemisferio norte obligará a revisar los planes de adaptación para proteger adecuadamente los entornos montañosos y las regiones situadas corriente abajo de los mismos que albergan aproximadamente al 26% de la población mundial. Como contrapartida del aumento de los extremos de precipitación en fase líquida, se producirá una reducción de los extremos de precipitación en fase sólida con el consiguiente impacto negativo en la regulación de los recursos hídricos que depende críticamente del almacenamiento del agua en zonas de montaña en forma de nieve.
Es bien sabido que las zonas montañosas con importante presencia de nieve que son zonas críticas por los notables impactos y vulnerabilidad que experimentan debidos al cambio climático. Este trabajo destaca un aspecto que hasta ahora había sido poco estudiado como es la mayor amplificación en dichas zonas de las precipitaciones extremas de lluvia, en detrimento de las precipitaciones extremas en forma de nieve, originando más riesgos de inundaciones corriente abajo de los cauces fluviales que se originan en estas zonas montaños. Los riesgos de inundaciones además aumentan si las zonas están afectadas por incendios forestales que reducen la cubierta vegetal y propician mayores y más abruptas escorrentías, fuerte erosión del suelo y posiblemente movimientos de tierra.