Los últimos datos de 2025, basados en medidas satelitales, del Laboratorio Global de la Nieve de Rutgers University (EEUU) muestran que persiste la tendencia a la baja de la extensión de nieve primaveral en el hemisferio norte. Además, mayo sigue siendo el mes en que se observa un ritmo más acusado de menor extensión de nieve respecto a los dos meses previos.
La extensión de nieve en los meses de primavera es importante no sólo por la cantidad de energía solar que refleja a la atmósfera cuando los días son más largos, sino también porque el deshielo primaveral es una fuente viable de agua en muchas regiones, como ocurre en el oeste de Estados Unidos.
Cuanto menor extensión nival, más radiación solar absorbe la superficie terrestre, contribuyendo con ello a aumentar la temperatura del aire en sus proximidades. Dado que el albedo de la nieve (porcentaje de luz solar reflejada respecto a la incidente) es muy alto (entre 80% y 90% aproximadamente), una menor superficie cubierta de nieve contribuye sustancialmente a una menor cantidad de radiación solar reflejada, y por tanto, más radiación solar absorbida por la superficie.
Según datos del Rutgers GSL (Global Snow Laboratory), el promedio estacional de marzo, abril y mayo de 2025, con 27.67 millones de km2, ocupa la cuarta posición en el ranking de los valores más bajos de extensión de nieve desde 1967 (Figura 1), con una anomalía de -1.65 millones de km2 respecto a la climatología 1991-2020, lo que equivale a unas 3.35 veces la superficie de España peninsular. En la primavera anterior, la extensión promedio de nieve fue muy similar a 2025, sólo algo mayor, con un valor de 27.77 millones de km2.

Si bien es cierto que la extensión de nieve presenta cierta variabilidad entre años (además de las variaciones entre las estaciones del año), las observaciones muestran que en las últimas décadas la nieve cubre, en general, menos superficie que en los primeros años de registro con medidas satelitales (Figura 2).

A diferencia de la primavera, la extensión de nieve otoñal (septiembre-octubre-noviembre) en el hemisferio norte muestra una tendencia positiva desde 1967, mientras que en invierno (diciembre-enero-febrero) la tendencia es ligeramente creciente (Figura 3, Tabla 1).


A continuación se analiza por meses la tendencia decreciente de la extensión de nieve en la primavera boreal, así como la distribución espacial de las zonas afectadas por este comportamiento.
Tendencia de la extensión de nieve en la primavera boreal por meses
La tendencia negativa desde 1967 en la evolución de la extensión de nieve (Ext_nieve) se observa en los tres meses de primavera en el hemisferio norte, con valores similares entre marzo y abril, y casi el doble en mayo (Figura 4).

Sin embargo, teniendo en cuenta que la Ext_nieve decrece progresivamente en el hemisferio norte desde marzo a mayo por derretimiento de la nieve, la tendencia relativa negativa (valor absoluto dividido entre el promedio) es aún más acusada en mayo, unas 3 veces mayor que en marzo y abril (Tabla 2). Como se sabe, el ciclo anual de la Ext_nieve está asociado al de la radiación solar, tal que el aumento de la intensidad solar incidente en la superficie terrestre como del número de horas de sol durante la primavera causan el progresivo derretimiento de la nieve en la transición de invierno a verano.

Otro modo de apreciar la evolución de las variaciones de la Ext_nieve entre años en cada mes de primavera es cuantificando las anomalías respecto a un periodo de referencia. Considerando la climatología 1981-2010, la Figura 5 muestra que seis veces en las diez últimas primaveras la Ext_nieve en los tres meses fue menor que esta referencia, y entre ellas, 2024 y 2025. En el caso de mayo las anomalías han sido sistemáticamente negativas desde 2005 exceptuando 2017, es decir, 20 veces en los últimos 21 años.

Regiones con menos extensión de nieve primaveral en 2025
La Figura 6 muestra la distribución espacial promedio 1981-2010 de la extensión de nieve en los meses de marzo, abril y mayo en el hemisferio norte, indicando con la escala de colores el porcentaje de días al mes con cubierta de nieve. Puede observarse la comprensible disminución progresiva en el número de días con nieve desde marzo a mayo. Son las regiones árticas, Groenlandia y zonas de altas montañas (como Montañas Rocosas e Himalaya) donde la nieve suele perdurar durante la primavera.

En marzo de 2025, en el hemisferio norte se registró una disminución neta de 2.20 millones de km2 en la extensión de nieve respecto al promedio 1981-2010, siendo gran parte de EEUU, de Europa y zonas en torno a 60º los lugares afectados con menos días cubiertos de nieve (Figura 7). Un patrón similar con cierto desplazamiento hacia el norte, acorde con el patrón climatológico, se observó en abril, con -2.41 millones de km2 de superficie nival netos. En cuanto a mayo, gran parte de las zonas cubiertas normalmente de nieve, en Canadá y norte de Rusia estuvieron cubiertas de nieve menos días de lo habitual en 1981-2010, entre 1.5 y 15 días. En este caso, la disminución neta de Ext_nieve fue de -1.76 millones de km2, lo que supone una reducción de un 9% aproximadamente respecto al promedio de este mes en 1981-2010, mayor que la disminución relativa en los dos meses previos (Tabla 3).


El descenso en el número de días con nieve primaveral observada este año en regiones de latitudes árticas es algo que se viene observando en las últimas cinco décadas. La Figura 8, aunque se refiere al promedio de meses desde abril a junio, ilustra este comportamiento.

La tendencia negativa de la extensión de nieve durante la primavera boreal, identificada a partir de medidas satelitales, está considerada por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático como una evidencia del actual cambio climático. La reducción en el número de días con cobertura de nieve a lo largo de los meses de primavera conlleva efectos negativos en recursos hídricos y en ecosistemas, entre otros, con implicaciones socioeconómicas y ambientales relevantes en las regiones afectadas.