Islandia es conocida como la tierra de hielo y fuego, es una isla de contrastes, donde en poco más de 100.000 kilómetros cuadrados hay glaciares y zonas que permanecen nevados los 365 días al año, pero también otros en los que aguas termales brotan a 40 o 50 grados Celsius, o incluso a más temperatura.
La energía geotérmica se obtiene a partir del aprovechamiento del calor natural del interior de la tierra para proveer las instalaciones de calefacción, refrigeración y agua caliente en los hogares y sistema de red eléctrica en general. La energía geotérmica es una fuente de energía muy interesante porque no depende de las condiciones externas (suministro, clima, etc.), es relativamente «limpia» y es inagotable.
Es sorprendente cómo se puede producir tomates (familia solanácea) en Islandia con días que apenas superan las 4 horas de luz, durante los meses de diciembre y enero, y donde las temperaturas exteriores pueden rondar – 15ºC, incluso superarlas a la baja. Es una planta que requiere mucha luz, humedad, fertilización y un tratamiento cuidadoso para evitar las enfermedades. Todas estas particularidades se reúnen en muchos sitios en latitudes medias, pero es sorprendente cómo en zonas situadas por encima de 64 grados de latitud puedan vivir.
Pero la naturaleza les compensa en estas zonas de clima tan duro donándoles la energía de sus entrañas, conocida como la energía geotérmica.
Las temperaturas en Islandia se encuentran suavizadas por la corriente del Golfo, teniendo un clima más suave que otras zonas para su misma latitud.
Energía
Mientras en otras zonas es, hoy en día y con la tecnología disponible, difícil acceder a ella, en Islandia es posible gracias a que su actividad volcánica y su ubicación en una falla les facilita que el calor ascienda. Pero en casi todo el resto del planeta, con la tecnología actual, es una misión prácticamente imposible. Si bien esta es una forma casi ilimitada de producción de energía sostenible, actualmente está siendo infrautilizada principalmente porque es necesario hacer pozos muy profundos para aprovechar el calor.
Este calor es el resultado de partículas radiactivas como el uranio, el torio y el potasio en el núcleo de la Tierra que se descomponen lentamente.
Esta energía se convierte en electricidad a través del vapor. El vapor hace girar turbinas que activan un generador y, a su vez, producen electricidad. Lo interesante es que cuando el vapor se convierte nuevamente en agua, se reanuda el siguiente ciclo.
Cultivo en invernaderos
Lo hacen de forma orgánica utilizando el estiércol como abonado, que produce la granja de caballos autóctonos que se encuentra en la explotación, y no emplean productos químicos.
El compost originado con restos de estiércol de caballo y restos vegetales produce materia orgánica rica cargada con los nutrientes necesarios y microbios beneficiosos. El compost libera los nutrientes gradualmente, proporcionando una nutrición duradera. No solo ayuda a fertilizar los tomates, sino que también ayuda a que el suelo retenga nutrientes y agua, neutralice el suelo y agregue un microorganismo beneficioso al suelo.
Iluminación y CO2 en los invernaderos
Hay registros en el S XIX donde se refleja que los granjeros utilizaban la energía geotérmica.
Respecto a los invernaderos los primeros datan de 1924 y eran estructuras de metal recubiertas de plástico, ahora la mayoría son de cristal.
Tras solventar el problema de la temperatura tuvieron que lidiar con otro, la falta de luz natural, para lo cual comenzaron a incluir iluminación artificial alimentada por energía geotérmica. Otro beneficio que obtuvieron de la planta geotermal fue enriquecerlos con CO2 para incrementar la producción.
Por último, mediante las abejas, solventaron el problema de la polinización de las flores, colocando varias colmenas en cada invernadero. Estas mejoras se han traducido en un significativo incremento de la producción de sus explotaciones.
Localización de los invernaderos
La mayoría de los invernaderos están en la parte sur de la isla, debido a que es donde se concentra la mayor parte de la población así como la mayoría de las fuentes geotérmicas. En ellos se cultivan principalmente pepinos, tomates, pimientos, fresas y flores. La gran mayoría se destinan al consumo local.
Sostenibilidad y autosuficiencia
Varios factores les indujo a autoabastecerse como: la insularidad, la enorme distancia a la que se encuentran las zonas productoras del sur de Europa y a las erupciones volcánicas, como ocurrió en el 2010, cuando la erupción del volcán Eyjafjallajökull y lanzó a la atmósfera una gran nube de humo que cubrió parte del norte de Europa y obligó a cerrar el espacio aéreo durante días, lo que la dejó “aislada” del resto del mundo, por lo que surgió el empeño de producir “vegetales” en cantidad suficiente para satisfacer las demandas de su pequeña población, unas 372.000 personas.
Fuente: AME