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  • El suministro de minerales para los coches eléctricos "debe multiplicarse por 30" para cumplir los objetivos climáticos

     3 - 4 minutos

    Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la industria de los coches eléctricos podría necesitar al menos 30 veces más litio, níquel y otros minerales indispensables de aquí a 2040 para cumplir los objetivos climáticos mundiales. 

    Estos metales se encuentran entre un conjunto que se considera vital en la fabricación de paneles solares, turbinas eólicas y otras tecnologías de energía limpia.

    En general, la organización con sede en París afirma que la producción de estos minerales esenciales podría tener que cuadruplicarse en las próximas dos décadas para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París que consiste en limitar el calentamiento a un nivel "muy inferior" a 2ºC, o ampliarse hasta seis veces para alcanzar el nivel cero en todo el mundo en 2050. 

    Su nuevo informe, en el que se examina la situación de estos minerales, concluye que los planes actuales de suministro e inversión "se quedan cortos" respecto a lo que será necesario para una transición energética limpia generalizada. El informe examina los obstáculos que podrían impedir que la industria de los minerales se adapte a esta futura demanda. 

    Sin embargo, el director ejecutivo de la AIE, el Dr. Fatih Birol, comenta: 

    "Estos peligros son reales, pero son superables. La respuesta de los responsables políticos y de las empresas determinará si los minerales críticos siguen siendo un elemento vital para la transición a la energía limpia o se conviertan en un cuello de botella en el proceso". 

    Mayor demanda

    En términos generales, las necesidades de minerales de las tecnologías de energías limpias son mayores que las de sus homólogas alimentadas por combustibles fósiles, afirma la AIE.

    Esto puede verse en el siguiente gráfico, que muestra cómo una planta eólica marina requiere hoy en día alrededor de 12 veces más recursos minerales que una planta de gas equivalente.

     

    Minerales utilizados en determinadas tecnologías de energía limpia y tecnologías de combustibles fósiles. Fuente: AIE.

    Según la AIE, el aumento de la energía renovable en los últimos años supone que, desde 2010, la cantidad media de estos minerales necesarios para una nueva central eléctrica ha aumentado un 50%. 

    En su nuevo informe, la agencia evalúa la demanda futura de estos metales en diferentes aplicaciones energéticas bajo dos escenarios diferentes, que ven la demanda global duplicarse o cuadruplicarse, como muestra el gráfico siguiente.

     

    Demanda total de minerales de las tecnologías de energías limpias por escenario. Fuente: AIE.

    El primero es el "escenario de desarrollo sostenible" (SDS) de la AIE, que afirma estar en consonancia con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento "muy por debajo de 2ºC".

    El informe también menciona un "dramático impulso especial" necesario para alcanzar el objetivo de cero emisiones en el mundo para 2050. Se espera que la agencia publique en las próximas semanas una "hoja de ruta exhaustiva para alcanzar las emisiones netas cero en 2050". 

    El nuevo informe también utiliza el "escenario de políticas declaradas (STEPS)", que "ofrece una indicación de hacia dónde podrían llevar al sector energético las medidas y planes políticos actuales". 

    En él se combinan las tendencias de las energías limpias, principalmente a partir del World Energy Outlook 2020, con un nuevo análisis de los cambios en el uso de los minerales basado en "una amplia revisión bibliográfica y consultas a expertos y a la industria". 

    Según el SDS, la cuota de las tecnologías de energías limpias en el total de la demanda de minerales aumentará considerablemente, convirtiéndose en el principal mercado del níquel, el cobalto y el litio. Esto puede verse en el siguiente gráfico. 

    Proporción de las tecnologías de energía limpia en la demanda total de litio, cobalto, níquel, cobre y neodimio, un elemento de tierras raras. Fuente: AIE.

     

    Enlace Parte 2

     

    Fuente:  Autor: JOSH GABBATISS

  • El suministro de minerales para los coches eléctricos "debe multiplicarse por 30" para cumplir los objetivos climáticos (2)

     5 - 7 minutos

    Enlace Parte 1

     

    Necesidades de materiales

    Se espera que las baterías de los vehículos eléctricos y el almacenamiento de la energía se conviertan en el mayor contribuyente al aumento futuro de la demanda, ya que el litio, el níquel, el cobalto, el manganeso y el grafito son cruciales para garantizar el rendimiento, la longevidad y la densidad energética.

    En la EDS, la demanda de minerales en el sector de las baterías se multiplicará por 30 de aquí a 2040. Sólo la demanda de litio y níquel para las baterías de los vehículos eléctricos crece 43 y 41 veces, respectivamente.

    Este crecimiento previsto puede verse en los siguientes gráficos.

    Demanda de minerales por las ventas de vehículos eléctricos nuevos. Fuente: AIE.

    La generación de energía con bajas emisiones de carbono también representa una parte considerable del crecimiento futuro de la demanda de minerales, ya que los elementos de tierras raras se necesitan actualmente para los imanes permanentes de las turbinas eólicas y los motores de los vehículos eléctricos.

    A medida que las sociedades vayan utilizando más la energía eléctrica supondrá, que las redes eléctricas, también requerirán grandes cantidades de cobre y aluminio.

    La AIE señala que la futura demanda de minerales está "sujeta a una considerable incertidumbre" debido tanto al alcance de las políticas climáticas como a la dirección que tomen las diferentes tecnologías. Por ejemplo, las necesidades de minerales pueden cambiar en respuesta a los precios del mercado o al éxito comercial de una tecnología sobre otra.

    Para abordar esta cuestión, la agencia evaluó 11 casos alternativos que tienen en cuenta parte de la variabilidad potencial en los distintos sectores. Éstos pueden verse en la siguiente tabla.

    Vías alternativas de evolución de la tecnología analizadas en el informe de la AIE, para tener en cuenta las posibles futuras tendencias que podrían tomar los distintos sectores. Fuente: AIE.

    Por ejemplo, la demanda de cobalto podría ser entre seis y 30 veces superior a los niveles actuales, dependiendo de la evolución futura tanto de la química de las baterías como de las políticas climáticas. (Tesla y General Motors son algunas de las empresas que están explorando baterías de coche con poco o ningún cobalto).

    El informe concluye que la mayor incertidumbre para la futura demanda de minerales está relacionada con la ambición de las políticas climáticas mundiales:

    "La gran pregunta para los proveedores es si el mundo se dirige realmente a un escenario coherente con el Acuerdo de París. Los responsables políticos tienen un papel crucial a la hora de reducir esta incertidumbre, dejando claras sus ambiciones y convirtiendo los objetivos en acciones. Esto será vital para reducir los riesgos de inversión y garantizar un flujo de capital adecuado para los nuevos proyectos."

    Desajuste inminente

    En una declaración publicada para acompañar el informe, Birol afirma:

    "Los datos muestran un desajuste inminente entre las crecientes ambiciones climáticas mundiales y la disponibilidad de minerales críticos que son esenciales para hacer realidad esas ambiciones".

     Esto puede verse en los gráficos siguientes, que muestran que la demanda proyectada en el SDS (línea roja) e incluso en el STEPS (línea amarilla) supera a los recursos minerales que actualmente deben extraerse (área azul) en las próximas décadas.

    Producción minera prevista (área azul) y necesidad primaria (líneas amarilla y roja) de determinados minerales en diferentes escenarios. Fuente: AIE.

    Para los SDS en particular, la escala de crecimiento de la demanda para la mayoría de estos minerales está muy por encima de los niveles que se han visto en los últimos años, como muestra el gráfico siguiente.

    Por ejemplo, de aquí a 2040, el crecimiento medio anual de la demanda de litio es unas nueve veces superior a los niveles registrados en la última década. Mientras tanto, la demanda de cobre debe seguir satisfaciéndose al mismo nivel, relativamente alto.

    Crecimiento anual medio de la demanda total de los minerales seleccionados por escenario. Fuente: AIE.

    La AIE identifica varios "factores de riesgo" que, según dice, pueden "aumentar la posibilidad de que se produzcan tensiones en el mercado y nuevos ciclos de precios, ralentizando las transiciones energéticas".

    Entre ellos se encuentran los largos periodos de tiempo que suele conllevar la puesta en marcha de nuevos proyectos mineros, la tendencia a la disminución de la calidad de los recursos en muchas minas y el creciente escrutinio de los problemas medioambientales y sociales en estos emplazamientos.

    El informe también señala que muchas minas están situadas en zonas de elevado riesgo climático. Por ejemplo, cerca de la mitad de la producción mundial de litio y cobre se encuentra en zonas de alto estrés hídrico.

    La AIE afirma que otro problema es la concentración geográfica de muchos de estos minerales, como se muestra en el siguiente gráfico.

    Con frecuencia, un solo país es uno de los responsables de aproximadamente la mitad de la producción mundial, lo que hace que el mercado mundial sea vulnerable a las medidas comerciales o a los acontecimientos que se producen en esas naciones, desde catástrofes naturales hasta golpes militares.

     

    Proporción de los tres principales países productores en la producción total de determinados minerales y combustibles fósiles, 2019. Fuente: AIE.

     

    Recomendaciones de la AIE

    A pesar de estos problemas, la AIE subraya que "no hay escasez de recursos", es decir, la cantidad de minerales fundamentales que se encuentran en depósitos subterráneos.

    Señala que el tamaño de las reservas económicamente viables ha ido creciendo, a pesar del aumento de la producción, como se muestra en el siguiente gráfico.

     

    Reservas disponibles y producción de litio, níquel y cobre. Fuente: AIE.

    La agencia también ofrece "seis recomendaciones clave para un nuevo enfoque global de la seguridad mineral".

    Una de estas recomendaciones es incrementar el reciclaje para aliviar la presión sobre los nuevos suministros, aunque, como muestra el gráfico siguiente, se espera que los metales reciclados sean sólo una fracción del total utilizado en 2040.

     

    Contribución del reciclado y la reutilización de las baterías para reducir las necesidades de suministro primario de determinados minerales, según el escenario. Fuente: AIE.

    Además de que los gobiernos del mundo sean inequívocos en cuanto a sus políticas climáticas, la agencia también señala la importancia de promover la I+D, mantener altos estándares ambientales y sociales y fortalecer la colaboración internacional entre productores y consumidores.

    Por último, la AIE subraya que, aunque las actividades mineras producen gases de efecto invernadero, "las emisiones a lo largo de la cadena de suministro de minerales no anulan las claras ventajas climáticas de las tecnologías de energía limpia"

     

    Fuente:  Autor: JOSH GABBATISS

  • Servicios de movilidad compartida para una ciudad más sostenible

    5 -7 minutos

    Las medidas de confinamiento y reducción de la movilidad impuestas para limitar la expansión del coronavirus tuvieron un impacto positivo en la mejora de la calidad del aire y la reducción del ruido en la ciudad.

    Del 16 al 22 de marzo, primera semana de confinamiento, en Barcelona se redujo el nivel de dióxido de nitrógeno (NO₂) un 40 % y en Madrid un 56 %.

    Muchas ciudades ya habían implementado medidas para disuadir el uso de vehículos privados. Por ejemplo, reduciendo los carriles de circulación o implementando zonas de bajas emisiones que limitan la circulación a los vehículos más contaminantes.

    Algunas, además, aprovecharon el periodo de confinamiento para acelerar cambios que ya habían sido diseñados previamente. Un ejemplo lo encontramos en Barcelona, con el proyecto de supermanzanas, diseñado para devolver el espacio público a los peatones, eliminando los coches aparcados en superficie y restringiendo la circulación a vehículos motorizados.

    Los servicios de movilidad compartida

    En este contexto, los servicios de movilidad compartida aparecen como una buena alternativa al uso del coche privado. Entendemos por movilidad compartida tanto el uso de vehículos compartidos (coche, moto, bicicleta o patinete) como el hecho de compartir un trayecto (ride-sharing o shared ride-hailing).

    La contratación de estos servicios se hace a través del móvil, conectándose a una página web o bajándose una aplicación. Han surgido gracias al desarrollo de las tecnologías de comunicación, internet y la irrupción de la economía colaborativa.

    En los últimos años, hemos visto cómo los servicios de bicicleta, motos o patinetes compartidos iban ganando adeptos. Pero el sustituto real al coche privado serán los servicios en los que se comparte el trayecto en coche o en los que se comparte el vehículo.

    Los servicios basados en compartir desplazamientos tienen dos modalidades: entre particulares (P2P) o de empresa a particular (B2C).

    • Servicios P2P. Conocidos por el término inglés ride-sharing, el propietario del coche propone compartir, total o parcialmente, una ruta a cambio de una compensación económica. En España operan plataformas como Amovens o BlaBlacar, que gestionan el proceso y el pago a cambio de una comisión.
    • Servicios B2C. Conocidos como shared ride-hailing, funcionan como taxis, pero compartiendo trayecto con otras personas. Los usuarios, a través de una plataforma, indican el destino y, si hay algún trayecto contratado cerca de este, se le propone compartir el trayecto y los costes del desplazamiento.

    El shared ride-hailing puede reducir considerablemente el tráfico en la ciudad. Un estudio reciente muestra que el 98 % de la demanda de taxis en Nueva York se podría cubrir con 2 000 vehículos con una capacidad para transportar 10 personas o con 3 000 vehículos con capacidad para 4. Esto significa que se necesitaría solo el 15 % o el 22 % de la flota actual, con coches de 10 plazas o 4, respectivamente.

    Por otro lado, si se integra el shared ride-hailing con el trasporte público se puede ofrecer una opción de transporte eficiente en zonas de la ciudad donde la oferta de transporte público no es adecuada. También se puede usar para acercar a los usuarios de barrios alejados hasta una parada de metro, tren o ferrocarril o para reforzar el servicio de transporte nocturno.

    Además, estos servicios son una forma ágil de incrementar la capacidad de trasporte en momentos de máxima demanda (salidas de conciertos, eventos deportivos…).

    Shutterstock / Zapp2Photo

    Más económico que tener coche

    Los servicios basados en el uso compartido de un vehículo, ya sea por horas o minutos, también se ofrecen en diferentes modalidades.

    Los coches de uso compartido (car-sharing) pueden ser de particulares, que los ponen a disposición de los usuarios a través de una plataforma (Drivy, Socialcar o Amovens) o de empresas.

    Las empresas de car-sharing pueden ofrecer la posibilidad de recoger el coche en un punto y dejarlo en otro (free floating) o recogerlo y dejarlo en el mismo punto (station-based).

    La contratación de estos servicios se hace a través de una plataforma o aplicación, donde la persona debe registrar sus datos y la licencia para conducir. Una vez los documentos son validados por la compañía, los servicios ya se pueden contratar. El pago corresponde al tiempo de uso o kilómetros recorridos.

    Una de las ventajas de este servicio es el coste. Es más barato contratar el servicio de car-sharing cuando se requiera un coche que comprar y mantener un coche que pasa cerca de un 95 % del tiempo aparcado.

    Además, el usuario no tiene que preocuparse por encontrar aparcamiento, ya que suelen existir acuerdos entre las empresas proveedoras del servicio y las que ofrecen aparcamientos.

    Un estudio realizado en Estados Unidos, donde el uso de car-sharing está más introducido, muestra que cada coche compartido puede reducir la necesidad de 9 a 13 coches privados.

    Pero para que sea una alternativa viable a la compra de un coche, el servicio debe estar operativo tanto dentro de la ciudad como entre ciudades y pueblos, de forma que el usuario pueda desplazarse a diferentes puntos sin tener que devolver el coche en el mismo lugar en el que lo recogió. En la mayoría de casos esto aun no es así.

    Como hemos visto, los servicios de movilidad compartida pueden ser una alternativa al uso del vehículo privado, además de un refuerzo del transporte público en zonas de la ciudad que no están bien comunicadas. Pero se requiere que los servicios estén bien dimensionados y accesibles para que sean una alternativa atractiva. Pero también es necesario un cambio de mentalidad de los usuarios de coches privados.

    Aunque existe cierta controversia sobre si este tipo de servicios realmente van a eliminar coches de la ciudad o si van a añadir aún más, se puede decir que las dudas se disiparán a largo plazo, cuando estos servicios estén popularizados. De hecho, se estima que una reducción del 10 % en el número de coches privados puede duplicar la demanda del transporte público, por lo que los beneficios medioambientales serán notables.

    Finalmente, como hemos comentado, la contratación de estos servicios se realiza, normalmente, a través del móvil, por lo que solo los podrán utilizar las personas que tengan cultura digital, dispongan de un smartphone y una cuenta bancaria.

    Estos requisitos pueden excluir a una parte de la población (personas mayores o personas sin recursos financieros). Por lo tanto, si las ciudades apuestan por estos servicios para potenciar una movilidad más sostenible, deberán garantizar que sean una opción factible para todos los ciudadanos.

    Fuente: Imma Ribas Profesora Agregada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Barcelona (ETSEIB), Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech