La corriente de Florida se debilita

Una investigación confirma que la parte de esta circulación atlántica de aguas cálidas que recorre el estrecho de Florida disminuyó de manera constante durante el siglo pasado

 

Detalle de la imagen térmica tomada por satélite de la Corriente del Golfo

Detalle de la imagen térmica de la Corriente del Golfo tomada desde satélite

Artículo publicado en la Voz de Galicia el pasado 24 de agosto de 2020 por Xavier Fonseca

La revista Nature Communications ha publicado este mes un artículo que confirma el progresivo debilitamiento de la corriente del Golfo. La parte de esta circulación atlántica de aguas cálidas que recorre el estrecho de Florida disminuyó de manera constante durante el siglo pasado, según apuntan los autores del trabajo. El transporte de aguas por esa zona en concreto nunca ha estado tan débil en 110 años.

La corriente del Atlántico norte transporta aguas cálidas que ejercen como un sistema de calefacción natural para Europa. Las aguas calientes que salen desde el Golfo de México recorren las superficie oceánica hacia el norte. En ese ascenso, el agua está cada vez más fría y salada, aumentando su densidad. A una determinada altura, cerca de Islandia, el agua está tan gélida y salada que cae hacia el fondo. Esa zona del Atlántico norte se conoce como formación de aguas profundas.

El deshielo de los glaciares del Ártico arroja agua dulce al océano y ese aporte adicional altera la dinámica de la corriente del Golfo. Su densidad se reduce y el agua ya no desciende hacia el fondo con tanta facilidad. Esto es lo que genera la ralentización, a todos los niveles. En general, la corriente se ha reducido entre un 15 y un 20 % en los últimos 150 años, tal y como ya han reconocido investigaciones anteriores. Dicho de otra forma, su caudal ha perdido unos tres millones de metros cúbicos por segundo, el equivalente a quince Amazonas, el debilitamiento mayor en mil años.

 

«El día de mañana»

 

En 2004, Hollywood estrenó el largometraje El día de mañana. Una película que explica cómo un cambio repentino del clima provoca una edad de hielo. Los efectos están retratados de forma exagerada pero el filme describe muy bien el problema que causa ese desastre climático; la paralización de la corriente del Atlántico norte. Si se detuviese el planeta no se congelaría, pero los efectos serían notables en el hemisferio boreal. En Estados Unidos podría subir el nivel del mar en la costa este drásticamente. En solo un año, entre el 2009 y el 2010, se registró una elevación de diez centímetros asociada a una ligera desaceleración de la corriente. En Europa las temperaturas descenderían, provocando inviernos mucho más fríos. Los investigadores predicen que el proceso continuará intensificándose debido al calentamiento global.

 

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