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Salud

  • "SALUD GLOBAL Y CAMBIO CLIMÁTICO", próximo 25 de octubre de 16 a 19 horas

  • Emergencia climática significa crisis en salud pública

     

    La semana pasada concluía la XL Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología bajo el lema: “Retos del Siglo XXI: Medio Ambiente, Cambio Climático y Desigualdades Sociales”. El cambio climático es el desafío ambiental con incidencia en salud pública más importante al que se enfrenta hoy la sociedad. Además, constituye un reto social, al acentuar aún más las desigualdades e inequidades en salud.  

    Cristina Linares, Julio Díaz

    En las ciudades, los efectos en la salud pueden agravarse, especialmente, por las mayores diferencias socioeconómicas, las inadecuadas condiciones de la vivienda y la mayor exposición a los contaminantes atmosféricos. Pixabay.

    El cambio climático no crea nuevas enfermedades, sino que amplifica y redistribuye las ya existentes y esto influye en las características y condiciones de salud de una población determinada. Nos referimos a los incrementos en la mortalidad y la enfermedad que ocasionan de forma directa el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, las olas de calor y frío, las sequías, las inundaciones, los incendios forestales y el agravamiento de la contaminación atmosférica.  

    Pero también hay que tener en cuenta los efectos indirectos de la emergencia climática, que produce cambios en los ecosistemas –extensión de enfermedades transmitidas por vectores como mosquitos/garrapatas o reducción de la disponibilidad y calidad del agua– y en los sistemas sociales –reducción de la producción de alimentos e inseguridad alimentaria, menor capacidad laboral, deterioro de la salud mental, migraciones climáticas, aumento de presión en los sistemas e infraestructuras de salud–. Por todo ello, se puede decir que la emergencia climática es una crisis en salud pública. 

    Si nos fijamos en las desigualdades, todas las poblaciones están expuestas a los impactos negativos en salud provocados por el cambio climático, pero hay circunstancias que incrementan la vulnerabilidad como son la ubicación geográfica y las desigualdades socioeconómicas, aumentando también las inequidades en salud. El impacto difiere totalmente en función del nivel socioeconómico de la zona geográfica afectada y, por tanto, de las condiciones prexistentes de salud de su población, contribuyendo de forma relevante a un empeoramiento de las condiciones generales de salud y a la cronificación de determinadas enfermedades, por lo que deberíamos modificar la manera en que debemos considerar la protección de las poblaciones vulnerables. 

    Todas las poblaciones están expuestas a los impactos negativos en salud provocados por el cambio climático, pero hay circunstancias que incrementan la vulnerabilidad como la ubicación geográfica y las desigualdades socioeconómicas

    La diferente incidencia en las distintas regiones, en las personas con distintos niveles socioeconómicos y la posibilidad de adaptarse a los cambios producidos van a ser esenciales para que las poblaciones minimicen los impactos en salud derivados del calentamiento global. Grupos de especial susceptibilidad son los ancianos, las mujeres y los niños, las personas con bajo nivel de renta, personas con enfermedades de tipo crónico (cardiovasculares y pulmonares, mentales, obesidad, neurológicas) o trabajadores al aire libre, por ejemplo. En España, con alta probabilidad, serán las olas de calor cada vez más intensas, el incremento de los efectos atribuibles a la contaminación atmosférica, el aumento de la frecuencia de los incendios forestales y las sequías los impactos que tengan mayores consecuencias a nivel sanitario. 

    Adaptar la vigilancia epidemiológica al cambio climático  

    En las ciudades, estos efectos en la salud pueden agravarse, especialmente, por las mayores diferencias socioeconómicas existentes, las inadecuadas condiciones de la vivienda y la mayor exposición a los contaminantes atmosféricos. Las poblaciones con bajo poder adquisitivo viven, generalmente, en peores viviendas en el centro de las ciudades, aumentando su vulnerabilidad a las altas temperaturas. Deberíamos de ser capaces de identificar a la población diana a través de los servicios de ayuda a domicilio, teleasistencia y centros sociales.  

    El principal problema al que nos enfrentamos es que nuestros sistemas de vigilancia epidemiológica aún no están especializados en cuantificar estas causas asociadas a los impactos del cambio climático y atribuirlas correctamente. Es necesario implementar sistemas de alerta y vigilancia que integren todos los impactos derivados del cambio climático que inciden en un mismo lugar de forma simultánea. Por ejemplo, este verano en nuestro país se han batido los récords de superficie quemada y ningún sistema epidemiológico está cuantificando los efectos en salud asociados, no sólo de agravamientos a corto plazo de problemas respiratorios sino, a largo plazo, el empeoramiento de enfermedad cardiovascular o de enfermedades mentales asociadas como estrés postraumático, ansiedad, depresión, adherencia a tratamientos, etc.  

    Es responsabilidad de las administraciones articular las medidas de mitigación y de adaptación que sean necesarias para evitar que el impacto de los riesgos climáticos sobre la población vulnerable aumente

    Es responsabilidad de las administraciones competentes articular las medidas de mitigación y de adaptaciónque sean necesarias para evitar que el impacto de los riesgos climáticos sobre la población vulnerable aumente. Además, hay que gestionar estos riesgos de forma adecuada para minimizar los efectos en la salud. Entre las medidas de adaptación se encuentra el diseño de implementación de planes de prevención locales adaptados a cada área geográfica en base a sus características sociodemográficas. Respecto a los impactos de las olas de calor, por ejemplo, la adaptación pasar por invertir en la creación de refugios climáticos de carácter público y rediseñar las ciudades para la disminución especialmente del efecto isla térmica, que se puede conseguir a través de diferentes estrategias como aumentar el albedo (porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre ella) de los edificios y del suelo; incluir tejados o cubiertas verdes; aumentar las zonas verdes como parques o arbolado, y crear “zonas azules” como lagos, fuentes o estanques.  

    Planes nacionales y locales frente a los momentos críticos 

    Desde el punto de vista de la salud sería necesario elaborar, desarrollar e implementar planes nacionales integrados de adaptación al cambio climático en salud. Esto implica la detección geográfica de vulnerabilidades según su grado de impacto. Descender a nivel local es fundamental para adecuarse a las características sociodemográficas heterogéneas de la población y realizar evaluaciones de riesgos de los efectos del cambio climático a nivel local en relación a factores de salud de la población. Se trata de diseñar y desarrollar planes integrados, que aborden los impactos sinérgicos en salud de distintos factores ambientales que potencian los impactos del cambio climático (contaminación atmosférica, intrusiones de polvo, sequías, incendios forestales, etc.), en vez de ser abordados de manera individual, reforzando el sistema de salud y las infraestructuras de salud para que sean resilientes a los impactos de la crisis climática. Hay que aprender a gestionar estos riesgos mediante programas específicos para que los servicios de salud puedan seguir protegiendo a la población incluso en momentos críticos. 

    Si algo ha quedado claro en la adaptación a las temperaturas extremas es el papel clave que juega la educación ambientalen el desarrollo de la llamada “cultura del calor”. Debería incrementarse el gasto en programas y actividades de educación ambiental y educación para la salud relacionadas con la adaptación de la población a los riesgos climáticos, explicando no solo lo que ocurre, sino por qué se ha producido esta crisis climática e informar de los numerosos cobeneficios de la acción climática en el bienestar de las poblaciones.  

    Es una realidad que los informes del IPCC son cada vez más desalentadores en cuanto a que ya se han superado unos límites de no retorno, incluso antes de lo pronosticado, pero cada décima de grado que se consiga reducir, el incremento de las temperaturas es relevante para minimizar todos los impactos del cambio climático. Es importante transmitir a la sociedad que la acción por el clima, a través de la adaptación, la mitigación y la gestión de los riesgos tienen beneficios directos e indirectos muy importantes sobre la salud de las personas y las comunidades, y puede prevenir y evitar enfermedades y muertes relacionadas con el cambio climático, salvando la vida de millones de personas. Quizá así reaccionemos. 

    Cristina Linares y Julio Díazson codirectores de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III. 

     

    Fuente:

    https://sciencemediacentre.es/emergencia-climatica-significa-crisis-en-salud-publica

  • Los beneficios para la salud derivados de los objetivos climáticos de París podrían salvar millones de vidas de aquí a 2040. Parte 1

    En el Día Mundial de la Salud de 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que "la protección de la salud humana es la "línea de flotación" de las estrategias contra el cambio climático".

    La OMS describió el cambio climático como "la mayor amenaza sanitaria mundial del siglo XXI". Esto es así porque -a través de sus efectos sobre la seguridad alimentaria, las olas de calor, las inundaciones, las tormentas, los incendios forestales, las enfermedades infecciosas, la calidad del aire, las migraciones, los conflictos y la salud mental- el cambio climático agrava las amenazas sanitarias existentes y crea otras nuevas.

    Al mismo tiempo, una Comisión de Lancet sobre salud y cambio climático afirmó que "hacer frente al cambio climático podría ser la mayor prioridad sanitaria del siglo XXI". Muchos de los esfuerzos para mitigar el cambio climático y adaptarse a él también sirven para abordar algunos de los mayores retos sanitarios del mundo relacionados con las enfermedades no transmisibles.

    Se trata de una buena noticia, no sólo por las oportunidades de beneficiar a la salud, sino también porque las informaciones sugieren que presentar el cambio climático de esta manera puede ayudar a obtener el apoyo del público para una acción gubernamental más fuerte.

    La importancia de las políticas climáticas más ambiciosas para la salud es el tema central de nuestro estudio, publicado recientemente en la revista Lancet Planetary Health. Tomamos nueve países importantes a nivel mundial y regional y calculamos los beneficios potenciales para la salud que podrían lograr si tuvieran políticas climáticas coherentes con los objetivos del Acuerdo de París.

    Nuestros resultados apuntan a que los cobeneficios de la reducción de la contaminación atmosférica, la mejora de la dieta y el fomento de un estilo de vida más activo salvarían millones de vidas en todo el mundo cada año.

    Cobeneficios sanitarios de la atenuación del cambio climático

    Los esfuerzos para hacer frente al cambio climático pueden tener un impacto positivo en la salud pública de muchas maneras. En este estudio nos centramos en tres.

    En primer lugar, evitar la contaminación atmosférica al reducir la dependencia de los combustibles fósiles para obtener energía. La OMS calcula que la contaminación del ambiente interior y exterior es responsable de siete millones de muertes al año en todo el mundo. Un estudio reciente calcula que las muertes anuales debidas a las emisiones de partículas finas -conocidas como "PM2,5"- procedentes de la combustión de combustibles fósiles podrían ascender a 8,7 millones. Los esfuerzos por eliminar los combustibles fósiles contribuirán en gran medida a reducir las muertes por contaminación atmosférica en el mundo.

    En segundo lugar, las dietas más saludables. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que entre el 21 y el 37% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden del sector alimentario. Los factores de riesgo vinculados a la dieta -como el alto consumo de sal y el bajo consumo de fruta y cereales integrales- también son responsables de unos 11 millones de muertes al año. Las dietas que reducen el consumo de carne roja y productos lácteos y aumentan el consumo de frutas, verduras, legumbres y frutos secos pueden ayudar a mitigar las emisiones agrícolas y esta amenaza para la salud mundial.

    La tercera es hacer más hincapié en los "desplazamientos activos". La falta de actividad física es otro de los principales factores de riesgo de muerte y enfermedad. Más de un tercio de los adultos de los países de renta alta no alcanzan los niveles de actividad física recomendados. Las políticas que promueven los desplazamientos activos -como caminar y montar en bicicleta- como principales modos de transporte para los viajes cortos podrían abordar las emisiones del transporte terrestre y aumentar la actividad física.

    Enlace 2

    Fuente:

     

     

  • Los beneficios para la salud derivados de los objetivos climáticos de París podrían salvar millones de vidas de aquí a 2040. Parte 2

    Parte 1

    En el Día Mundial de la Salud de 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que "la protección de la salud humana es la "línea de flotación" de las estrategias contra el cambio climático".

     

    Posibles beneficios para la salud del cumplimiento del Acuerdo de París

    En nuestro estudio, calculamos los beneficios anuales para la salud en 2040 en caso de que nueve países adoptaran políticas climáticas acordes con el "Escenario de Desarrollo Sostenible" de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) -denominado en nuestro documento "Escenario de Vías Sostenibles" (SPS)-, en comparación con las políticas climáticas nacionales vigentes a mediados de 2019.

    El SPS describe un mundo en el que el aumento de la temperatura global se mantiene por debajo de 1,8ºC con una probabilidad del 66%, sin necesidad de emisiones globales netas negativas de CO2. En consonancia con el Acuerdo de París, el SPS alcanza "un equilibrio entre las emisiones antropogénicas por las fuentes y la absorción por los sumideros (es decir, emisiones netas cero) en la segunda mitad de este siglo".

    Junto a esto, elaboramos un modelo de cambios en la dieta y los desplazamientos activos que también sería coherente con el SPS.

    Los nueve países -Brasil, China, Alemania, India, Indonesia, Nigeria, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos- representan más del 70% de las emisiones mundiales y el 50% de la población mundial.

    En el conjunto de estos países, estimamos que el aumento de la ambición para ser coherente con el Acuerdo de París podría dar lugar a una reducción anual de 1,18 millones de muertes por contaminación atmosférica, 5,86 millones de muertes por factores de riesgo relacionados con la dieta y 1,15 millones de muertes por inactividad física para 2040.

    Todos los países se benefician de la reducción de cada uno de estos diferentes factores de riesgo, siendo los cambios en la dieta los que producen los mayores beneficios en cada uno de ellos. Si consideramos las muertes que se evitan por cada 100.000 habitantes, los mayores beneficios se observan en Indonesia, Alemania y EE.UU. en cuanto a cambios en la contaminación atmosférica, la dieta y los desplazamientos activos, respectivamente.

    Esto se puede ver en los siguientes gráficos, que muestran las muertes evitadas por cada 100.000 habitantes en el escenario SPS (y en un segundo escenario, "HPS" - más adelante) para los nueve países bajo diferentes cambios de política.

    El primero es la contaminación atmosférica, que muestra las muertes evitadas separadas por sectores de la economía.

    Muertes evitadas por cada 100.000 a causa de la contaminación atmosférica por PM2,5 en 2040 para el SPS y el HPS en comparación con la vía actual, para nueve países y seis sectores. Fuente: Hamilton, et al. (2021).

    Llevando las propuestas un poco más lejos, hemos elaborado un modelo de lo que ocurriría si las agendas del cambio climático y de la salud pública se alinearan y si los resultados positivos en materia de salud se convirtieran en un objetivo clave de las políticas de cambio climático junto con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo denominamos "Escenario de salud en todas las políticas climáticas" (HPS).

    El segundo gráfico, a continuación, muestra los resultados del SPS y del HPS con respecto a las muertes evitadas gracias a dietas más saludables. En este caso, las barras están divididas por los cambios dietéticos específicos.

     Muertes evitadas por cada 100.000 debido a los factores de riesgo en la dieta en 2040 para el SPS y el HPS en comparación con las vías actuales, para nueve países y nueve cambios en la dieta. Fuente: Hamilton, et al. (2021).

    En el caso de la contaminación atmosférica en el marco del HPS, esto significaba la introducción de controles adicionales de las emisiones de contaminantes atmosféricos. En cuanto a las dietas, el cambio fue una combinación de dietas vegetarianas y flexitarianas. En cuanto a los desplazamientos activos, se elaboró un modelo de actividad física que reflejara que el 75% de la población menor de 85 años de cada país se desplazara a pie o en bicicleta como modo principal de transporte.

    En comparación con la situación actual, estos cambios adicionales podrían dar lugar a una reducción anual de 1,64 millones de muertes relacionadas con la contaminación atmosférica, 6,43 millones de muertes relacionadas con la dieta y 2,08 millones de muertes debidas a la inactividad física, en los nueve países, para 2040.

    Aunque los cambios pueden parecer muy diferentes a los que hacemos hoy, reflejan la magnitud de los cambios que necesitamos para hacer frente a las enfermedades no transmisibles, así como para mitigar el cambio climático.

    El tercer y último gráfico, a continuación, ilustra las muertes evitadas por el transporte activo en SPS (barras rosas) y HPS (púrpura).

     

    Muertes evitadas por cada 100.000 debido a la inactividad física en 2040 para el SPS (barras rosas) y el HPS (púrpura), en comparación con las vías actuales, para nueve países. Fuente: Hamilton, et al. (2021).

     

    Parte 3

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  • Los beneficios para la salud derivados de los objetivos climáticos de París podrían salvar millones de vidas de aquí a 2040. Parte 3

    Enlace 1

    Enlace 2

    En el Día Mundial de la Salud de 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que "la protección de la salud humana es la "línea de flotación" de las estrategias contra el cambio climático".

    Coordinar las agendas de salud y clima

    En los últimos 30 años, la política climática y la política sanitaria han sido en gran medida áreas distintas, y los esfuerzos para reducir las emisiones de CO2 a nivel mundial y para mejorar la salud pública se han llevado a cabo en departamentos separados de los gobiernos de todo el mundo.

    En 2013, los agentes sanitarios de todo el mundo se reunieron en la Conferencia Mundial sobre Promoción de la Salud y anunciaron la "Declaración del Helsinki".  En ella se pedía un enfoque político en todos los sectores que "tenga en cuenta automáticamente las implicaciones sanitarias de las decisiones, busque sinergias y evite los efectos perjudiciales para la salud con el fin de mejorar la salud de la población y la equidad sanitaria." Este enfoque está en el centro de la cuestión de los beneficios colaterales para la salud de las medidas que limitan el calentamiento global.

    Alineando los objetivos políticos de la salud y el cambio climático es probable que se consiga una mayor aceptación social y política. Sin embargo, replantear la problemática no bastará por sí solo para limitar el calentamiento global a niveles aceptables.

    En su último informe sobre la diferencia de emisiones, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) concluye que, incluso con un compromiso de cero emisiones por parte de la nueva administración estadounidense, el aumento de la temperatura global superaría los 2,5ºC. Esto recalca la inmensa tarea que supone la descarbonización y la absoluta necesidad de ponerse a trabajar de inmediato. Cuanto más esperen los gobiernos, mayor será el retraso para evitar muertes.

    Desafíos

    Para lograr todos los objetivos de un estilo de vida activo y un aire limpio será necesaria una gran coordinación entre los responsables políticos y los urbanistas, sobre todo para dotar a los espacios urbanos de rutas de alta calidad para peatones y ciclistas y de un transporte público accesible.

    La pandemia del virus Covid-19 -y los consiguientes cierres impuestos en todo el mundo- han puesto de manifiesto la insuficiencia de gran parte de las construcciones. Los espacios urbanos adolecen de falta de acceso a zonas verdes y las zonas rurales siguen dependiendo en gran medida del automóvil.

    Estos problemas se ven incrementados por la desigualdad social: las comunidades con menores ingresos están más expuestas a la contaminación atmosférica y disponen de mucho menos acceso a la flexibilidad que permite a los grupos con mayores ingresos a trabajar a distancia desde zonas con menores niveles de contaminación.

    Se observan problemas similares cuando se aborda el cambio de la dieta debido a un complejo enredo de factores económicos y sociales. Las comunidades con mayor riesgo de padecer una mala salud a causa de dietas deficientes en nutrientes carecen de los medios económicos necesarios para llevar a cabo un cambio sustancial.

    Este patrón se observa tanto en los países en vías de desarrollo -que necesitarán una ayuda financiera sustancial de los países más ricos- como en los países más ricos, como el Reino Unido, donde una dieta deficiente contribuye a reducir sustancialmente la esperanza de vida de las comunidades económicamente marginadas.

    En el Reino Unido, la acción en este sentido ha tomado la forma de una Estrategia Alimentaria Nacional, con el objetivo de ofrecer "alimentos seguros, sanos y asequibles, independientemente de dónde vivan las personas o de sus ingresos". Los resultados de una consulta inicial se publicarán en los próximos meses, pero está por ver hasta qué punto se abordará la urgencia de actuar sobre las emisiones de efecto invernadero asociadas a la alimentación.

    Mientras el mundo se prepara para reunirse en la cumbre del clima COP26 en noviembre, está claro que es necesario que todos los gobiernos sean más ambiciosos para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5C. Unas políticas climáticas más sólidas podrían beneficiar a la salud de las poblaciones de todos los países, ahora y a lo largo de este siglo.

    Fuente:

     

     

  • Más polen y más alergias más graves por el cambio climático

    Budimir Jevtic / Shutterstock

     

    Entre el 10 % y el 40 % de la población mundial está afectada por la rinitis alérgica debida a la exposición al polen estacional. En las alergias al polen, los síntomas más comunes son los estornudos, el picor de nariz y la congestión nasal. Los alérgenos inhalados también pueden provocar una exacerbación del asma bronquial alérgica.

    Además, la mayoría de las alergias alimentarias mediadas por inmunoglobulina E alérgeno-específica (IgE) en adultos siguen a la sensibilización previa a aeroalérgenos. En un contexto de cambio climático, con impacto en los ecosistemas naturales y en los cultivos, la incidencia de polen alergénico está sujeta a variaciones que pueden ser drásticas e impactar de forma considerable en la salud de la población.

    Acontecimientos meteorológicos extremos, como la sequía o las precipitaciones severas, las rachas de viento, las tormentas eléctricas y el aumento de los episodios de transporte de polen a larga distancia representan nuevos retos en este escenario.

    Calor y abundancia de polen

    Una amplia investigación realizada en la última década ha demostrado que el polen transportado por el aire ha aumentado. El incremento de las tasas de sensibilización y los síntomas más graves han sido el resultado parcial del aumento de la producción de polen de las plantas polinizadas por el viento, que ha dado lugar a un aumento a largo plazo de la abundancia de polen en el aire que respiramos.

    Hay fuertes indicios de que las plantas producen más polen y antes cuando las temperaturas son más altas, es decir, en lugares urbanos, en elevaciones más bajas, en laderas con exposición al sur y durante períodos más cálidos.

    En general, existe una correlación positiva entre los síntomas alérgicos y la abundancia de polen. Sin embargo, esta relación puede variar significativamente entre diferentes regiones bioclimáticas, entre diferentes pacientes y para cada tipo de polen. Y por supuesto, suele haber un desfase temporal variable entre la exposición real al polen y la aparición de los síntomas alérgicos.

    Los resultados obtenidos en los Países Bajos indican que existe una fuerte correlación entre la temperatura y el inicio de la estación del polen: se ha observado un adelanto y un incremento en su duración. Los cambios más tempranos de las estaciones de polen en el aire hacen que la aparición de los síntomas alérgicos sea más difícil de predecir y de tratar con eficacia.

    Se ha constatado un avance y una prolongación generalizados de la estación del polen y un aumento de las concentraciones en toda América del Norte que están fuertemente acoplados al calentamiento observado. Los resultados del estudio revelan que el cambio climático debido a los seres humanos ya ha exacerbado las estaciones polínicas en las últimas tres décadas, con los consiguientes efectos nocivos para la salud respiratoria.

    Eventos climáticos extremos y polen alergénico

    Todavía existe una gran incertidumbre sobre las tasas de cambio climático que cabe esperar, pero está claro que los cambios, como los extremos de temperatura y precipitación, se manifestarán cada vez más de forma importante y tangible.

    La investigación internacional documenta que el polen de las gramíneas es el principal aeroalérgeno en todo el mundo. Los cambios climáticos (incremento en la aridez y en la frecuencia de temperaturas extremas) que favorezcan la extensión de estepas de gramíneas y compuestas pueden incrementar la cantidad de polen en la atmósfera.

    La subida de la temperatura media, la irregularidad de las precipitaciones y un incremento de la amplitud de las oscilaciones favorecen la ocupación de hábitats seminaturales por especies invasoras. Los terrenos agrícolas abandonados por pérdida de rentabilidad como consecuencia del cambio climático también son ocupados por especies invasoras oportunistas.

    La especie Ambrosia artemisiifolia L. es en Europa una planta invasora y exótica. Además, su polen es altamente alergénico. Las estimaciones primarias indicaron que la sensibilización a la ambrosía se duplicará con creces en Europa, pasando de 33 millones de personas en 2020 a 77 en 2060. Los mayores aumentos proporcionales se producirán en los lugares donde la sensibilización es actualmente poco frecuente.

     

    Ambrosia artemisiifolia L. Wikimedia Commons / R. A. NonenmacherCC BY-SA

    Relación entre tormentas eléctricas y asma

    Después de tormentas eléctricas es habitual que se desencadenen ataques agudos de asma. Las descargas de las tormentas eléctricas pueden concentrar los aeroalérgenos (polen de gramíneas) a nivel del suelo y liberar partículas alergénicas respirables tras su ruptura por choque osmótico relacionado con la humedad y las precipitaciones.

    La inhalación de altas concentraciones de estos aeroalérgenos por parte de individuos sensibilizados puede inducir respuestas asmáticas tempranas que van seguidas de una fase inflamatoria tardía.

    Las tormentas eléctricas durante las temporadas de polen pueden provocar una exacerbación de la alergia respiratoria y el asma en pacientes con fiebre del heno. Un fenómeno similar se observa en el caso de los mohos. Un análisis detallado ha sugerido que el cambio conducirá a entornos más frecuentes favorables para las tormentas severas, pero la interpretación de cómo cambiarán los peligros individuales está abierta a la duda.

    Transporte de polen a larga distancia

    Existen ejemplos de transporte de polen a larga distancia. Se han registrado varios episodios de transporte de polen extrarregional a Tenerife (islas Canarias). Las tres principales procedencias fueron:

    Los eventos esporádicos de transporte de polen a larga distancia deben ser tenidos en cuenta en Tenerife como posibles agentes responsables en los episodios de alergia respiratoria.

     

    Árboles con el cielo rojo por la calima
     
    Episodio de calima intensa en Murcia (España) en Marzo 2022. Los vientos del suroeste aportaron cantidades ingentes de polvo sahariano junto a pólenes de esa y otras procedencias. Diego RiveraAuthor provided

    Durante las dos últimas semanas de mayo de 2003 se registró transporte de polen a larga distancia hacia el sur de Groenlandia. Los resultados indican que el noreste de América del Norte es la zona de origen de los granos de polen transportados asociado a un momento de máximo flujo de polen emitido a la atmósfera en la zona de origen.

    La calima y la bruma

    En Pekín, los episodios de bruma severa se asocian a la reducción de los vientos del norte invernales en superficie, el debilitamiento de los vientos del noroeste en la troposfera media y el aumento de la estabilidad térmica de la atmósfera inferior.

    No está claro cómo pueden responder esas condiciones meteorológicas al cambio climático, aunque se prevé un aumento del 50 % en la frecuencia y un 80 % en la persistencia de condiciones meteorológicas propicias.

    El Sáhara produce más polvo eólico que cualquier otro desierto del mundo. El polvo sahariano tiene un importante impacto en los procesos climáticos, los ciclos de los nutrientes, la formación del suelo y los ciclos de los sedimentos. Estas influencias se extienden mucho más allá de África, gracias a las grandes distancias que recorre el polvo sahariano, afectando a la salud respiratoria de las poblaciones afectadas no solo por las partículas minerales sino también por el polen asociado.

    Cambios en la alergenicidad del polen

    La alergenicidad del polen no es sólo el resultado del alérgeno, sino también de los factores adyuvantes del polen. Así, la exposición a los alérgenos es necesaria, pero no suficiente para el desarrollo de la alergia.

    Los pólenes liberan una amplia gama de diferentes sustancias bioactivas, como azúcares, lípidos, metabolitos secundarios y hormonas. En particular, estos mediadores bioactivos se unen a los receptores de las células inmunitarias humanas, lo que podría promover la sensibilización alérgica a las proteínas derivadas del polen o potenciar las respuestas inmunitarias alérgicas ya manifestadas.

    Asimismo, la temperatura parece tener un efecto directo en la liberación de alérgenos, como revela la variabilidad interanual en un estudio sobre el polen de abedul en Alemania.

     

    Publicado el 25 de abril de 2022 en The Conversation.Enlace al original.

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  • Una avalancha de nieve en polvo

    2 minutos

    Varios excursionistas grabaron como avanzaba un alud de nieve en polvoen el lago glaciar de Kapuche, situado en la región de Annapurna a 2.546 metros sobre el nivel del mar,en las montañas de Nepal. El día estaba totalmente azul, pero, de pronto, se produjo algo insólito, el grupo que acampaba allí empezó a gritar, unos por miedo, otros de felicidad ante el majestuoso espectáculo, pero no cabe duda de que fueron afortunados por disfrutar de semejante fenómeno y, a la vez, tremendamente imprudentes por el peligro que se cernía y por el que pierden la vida muchas personas todos los años.

    Pinche en el enlace

    En ese momento, el grupo que había acampado junto al lago, corrían el riesgo de ser engullidos por el alud, pero su inconsciencia les permitió tomar fotos y videos de esa rara fiesta visual sin precauciones y, al final, se vieron engullidos por los estratos generados y pudieron contarlo, porque el alud no llegó hasta donde se encontraban.

    La nieve avanzaba hacia el valle de forma implacable, ocultando momentáneamente las montañas e impactando contra la superficie del lago. El cielo azul y las montañas desaparecieron porque se vieron envueltos por estratos y polvo arrastrado por los fuertes vientos provocados. Las fuertes corrientes de aire volcaron tiendas de campaña y sacos de dormir, aterrorizando a los más sensibles, pero afortunadamente no hubo víctimas mortales, a pesar de que las rachas de viento delante del alud de nieve pudieron superar los 100 km por hora.

    Después del susto apareció un arco iris anunciando que el peligro había pasado, por lo cual aplaudieron estruendosamente para soltar el miedo que alud les metió en el cuerpo.

    Ha sido un fenómeno curioso de disfrutar, aunque ha sido temerario para las personas que se hicieron el autorretrato mientras la descarga de nieve se producía.

    ¡Un auténtico espectáculo!!

    Fuente: