El Sol reduce su emisión de energía

La fase que atraviesa el astro, con una menor presencia de manchas solares, no provocará una inminente bajada de las temperaturas.

“No hay una inminente ‘edad de hielo’ o ‘mini edad de hielo’ causada por una reducción esperada en la producción de energía del Sol en las próximas décadas”, escribía la NASA en un artículo publicado en febrero de este año, artículo en parte premonitorio del debate sobre la actividad del astro a partir de la reciente publicación del diario The Sun .

“El mínimo solar está en marcha, y es uno grande”, decía el astrónomo de la agencia espacial Tony Phillip al diario. “Los recuentos de manchas solares sugieren que es uno de los mayores del pasado siglo. El campo magnético del Sol se ha debilitado, permitiendo rayos cósmicos extras en el sistema solar”.

El Sol experimenta cambios cíclicos en la producción de energía a lo largo de su vida útil. Según explica la NASA, algunos de estos son bastante predecibles y ocurren durante un período normal de 11 años de alta y baja actividad, caracterizados por la presencia de muchas y pocas manchas solares, respectivamente.

Evolución del número de manchas solares, manifestación de la actividad solar, a lo largo del ciclo de once años (La Nasa)

Las manchas solares suponen áreas más frías en la superficie del Sol que indican zonas de intensa actividad magnética. La agencia espacial ya anunciaba en 2017 que el astro se dirigía a un mínimo solar a partir de los recuentos de estas, que, tras un número relativamente alto en 2014, disminuían hacia un mínimo solar esperado para 2019-2020.

Phillip, así como otros científicos, sugieren que la gran disminución de actividad del último ciclo solar presagia un nuevo gran mínimo solar en las próximas décadas. La última vez que ocurrió esto se denominó el mínimo de Dalton, entre los años 1790 y 1830, periodo que coincidió con temperaturas más frías en todo el mundo (existe el debate sobre si parte de esta disminución en la temperatura se debe a la actividad del volcán Tambora en Indonesia que en 1815 produjo una de las mayores erupciones registradas) .

“En lo que va de año, el Sol ha estado en blanco [sin manchas solares] el 76% del tiempo, una tasa que solo ha superado una vez en la era espacial. El año pasado, 2019, el sol estaba en blanco el 77% del tiempo. Dos años consecutivos de impecabilidad récord suman para un mínimo solar muy intenso”, afirma Phillip en la web spaceweather.com, la cual gestiona junto con otros expertos.

Superficie del Sol (CORTESÍA / EFE)

Sobre los efectos que podría acarrear un nuevo gran mínimo solar, la NASA explica que incluso si durara un siglo, las temperaturas globales continuarían en aumento. El incremento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera producido por la actividad humana y el calentamiento derivado de esto servirían para compensar la baja actividad del Sol.

La agencia no habla, por tanto, del inicio de una época de mucho frío ni de pérdidas de cultivos. Algo que sí puede ocurrir durante este periodo, y de lo que advierte también Phillip, es que los astronautas queden más expuestos a los rayos cósmicos en el espacio. Durante el mínimo solar, el campo magnético del Sol se debilita y proporciona menos protección contra estos rayos cósmicos.

Los efectos pueden llegar a la Tierra y generar tormentas geomagnéticas - perturbaciones temporales de la magnetosfera- auroras e interrupciones en las comunicaciones y los sistemas de navegación.

Fuente:  Leyre Flamarique