RSS Feed

 

 

 




 

 

 

 

 

 

 

 Próximos eventos:

- Aula Morán (23.05.24). José Luis Camacho

- Aula Morán (09.05.24). Alfons Callado

 

 Últimos eventos:

 

 

Login


Warning: is_file(): File name is longer than the maximum allowed path length on this platform (4096): /var/www/vhosts/ame-web.org/httpdocs/data:image/png;base64,iVBORw0KGgoAAAANSUhEUgAAAHoAAAAXCAYAAADEM1tgAAAgAElEQVRogWXaZ3CbyZngcX29urqqu/LaY3t37fXuer1e7wR7PCNNUBqNskTlSJFUYM45A8yZBEgkkgCRcyQAEoEkSALMFElljXKaaHtG0gTPjL13Vf/7QHrsq/vwq6efp7vxFtBvo7/0OrM3gtEbwbTG4p/E6J1A7QyitHpRW31o7T5UVi8q+zAm/yRm3wRm/8RanMS0Fi3+Scy+cUy+ccz+CYy+VaahSUz+KJahKGb/JEb/JGZ/FIs/hnkohmWNeSiKJTC1Whte7Vvtn8I8NLWWR9f6ot/l5uEYluEpbMNTWIdjWIZXn2UdnsLkn8Lsn8IWnMEenMY6PI0tMIt1bax1OIY1MIUtOI0tNIMtPINjdB7H6DzOkTkcI7PYQzOr80Mz2EKr0RGexR5a5fiL8JqROZz/j/nvuEb/tr2Ie2wR19girrEF3GOruTtyEU9kCU/k4mp7fAnP+BKDE8trVhicWME7sYJ38hLeiUt4J1fwRi/hi17GF1vljV7GG72EP3aFdT949Qjf+/Uhvvfrw3z/1aP8j/cy/61S427ErnbEYPxZVmKoR2Mgr62RyXx/df2sP/fPkgL7x+iu+9epQfrD/J918/wQvrT/LC+hN8/7VjfP/1E/zwjVN877UT/N1rJ/nhW/H88+5M/mFzMj94I56/2xDPD95M4EdvJfDDtxL4wZtn+OGbZ/jh24n8eMsFXngrkR++ncSPN57lRxvP8sJbCXz/jTO8sPEcP9qcvGrTeX689Tx/855Xng7kR9tTOLHm5L40cZE/n7zWf5+01leePscr56o41dxVfzdhgR+uDGRH208y48 in /var/www/vhosts/ame-web.org/httpdocs/libraries/src/Filesystem/File.php on line 649

RADICACIÓN CÓSMICA Y VUELOS EN AVIÓN (II)

Continuando con nuestra anterior entrada en el blog, seguimos abundando en la idea de tomar consciencia de que las radiaciones cósmicas nos afectan en mayor o menor medida cuando viajamos en avión, dependiendo de la duración del vuelo, la altitud de crucero y por supuesto la intensidad de la radiación en ese día en concreto.

Traducimos a continuación otra entrada publicada hace tiempo en , en el apartado de DATOS DE LOS GLOBOS DE SPACE WHEATER.

Aproximadamente una vez por semana, Spaceweather.com y los estudiantes de “Earth to Sky Calculus” lanzan globos meteorológicos espaciales a la estratosfera sobre California. Estos globos están equipados con sensores de radiación que detectan rayos cósmicos, una forma de estudiar como llegan hasta la tierra los sorprendentes efectos de la “meteorología espacial”. Los rayos cósmicos pueden sembrar nubes, originar rayos y atravesar aviones comerciales. Además, hay estudios que relacionan los rayos cósmicos con las arritmias cardíacas y la muerte cardíaca súbita en la población general. Nuestras últimas mediciones muestran que los rayos cósmicos se están intensificando, con un aumento de más del 18% desde 2015:

Los picos de datos en el gráfico anterior corresponden al del máximo Regener-Pfotzer, que se encuentra a unos 67.000 pies sobre el centro de California. Cuando los rayos cósmicos chocan contra la atmósfera de la Tierra, producen una pulverización de partículas secundarias que es más intensa en la entrada a la estratosfera. Los físicos Eric Reneger y Georg Pfotzer descubrieron el máximo utilizando globos en la década de 1930 y es el método que empleamos hoy en día para tomar las medidas.

En el camino a la estratosfera, nuestros sensores también pasan a través de las altitudes de vuelo de la  aviación comercial:

 

En esta gráfica, las tasas de dosis se expresan como múltiplos de las que se miden a nivel del mar. Por ejemplo, vemos que abordar un avión que vuela a 25,000 pies expone a los pasajeros a tasas de dosis 10 veces más altas que el nivel del mar. A 40.000 pies, el factor multiplicador está más cerca de 50.

Los sensores de radiación a bordo de nuestros globos de helio detectan rayos X y rayos gamma en el rango de energía de 10 keV a 20 MeV. Estas energías abarcan la gama de máquinas de rayos X médicos y escáneres de seguridad aeroportuaria.

¿Por qué se intensifican los rayos cósmicos? La razón principal es el sol. Las nubes de tormenta solar como las eyecciones de masa coronal (CME) barren los rayos cósmicos cuando pasan por la Tierra. Durante el Máximo Solar, las CME son abundantes y los rayos cósmicos se mantienen a raya. Ahora, sin embargo, el ciclo solar se está moviendo hacia el Mínimo Solar, permitiendo que regresen los rayos cósmicos. Otra razón podría ser el debilitamiento del campo magnético de la Tierra, que nos ayuda a protegernos de la radiación del espacio profundo.

Fuente: