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LA METEOROLOGÍA EN LA BIBLIA. VIII

Enlace: Parte 7

The Seventh Plague of Egypt / La séptima plaga de Egipto, John Martin, 1823

En los textos bíblicos se refieren varios episodios de fenómenos meteorológicos adversos, algunos ya descritos en capítulos anteriores. Sus impactos, o los riesgos asociados, dependen de la peligrosidad del fenómeno, la exposición y la vulnerabilidad.

Figura RRP.1 | Ilustración de los conceptos básicos de la contribución del Grupo de trabajo II al Quinto Informe de Evaluación. El riesgo de los impactos conexos al clima se deriva de la interacción de los peligros conexos al clima (incluidos episodios y tendencias peligrosos) con la vulnerabilidad y la exposición de los sistemas humanos y naturales. Los cambios en el sistema climático (izquierda) y los procesos socioeconómicos, incluidas la adaptación y mitigación (derecha), son impulsores de peligros, exposición y vulnerabilidad.

En estos versículos del Nuevo Testamento se describe cómo un fuerte temporal de lluvia y viento afecta a una vivienda.

Mateo, 7

25 Y descendió la lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos

 y azotaron aquella casa; pero no cayó,

 porque estaba fundada sobre la roca.

26 Y a cualquiera que me oye estas palabras y no las hace,

le compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena.

 27 Y descendió la lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos

y dieron con ímpetu contra aquella casa; y  cayó,

Como vemos, la calidad de la construcción es fundamental para determinar la vulnerabilidad. En estos versículos tenemos otros ejemplos:

Lucas,6

48 Semejante es al hombre que, al edificar una casa, cavó

y ahondó y puso el fundamento sobre la roca;

y cuando vino una inundación,

el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la

pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.

Ezequiel,13

11 Di a los que recubren con cal que caerá;

vendrá lluvia torrencial, y caeréis vosotras, oh piedras

de granizo; y viento tempestuoso la romperá.

12 Y he aquí, cuando la pared haya caído, ¿no os preguntarán

dónde está el revoque con que la recubristeis?

 13 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Y haré que la rompa un

viento tempestuoso con mi ira, y una lluvia torrencial vendrá con

mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumirla.

En el capítulo VII mencionamos otro episodio de intenso viento (Job,1:18) cuyo impacto no sólo fueron daños materiales, sino que también hubo varios fallecidos. También hemos visto varias de las numerosas referencias a las tormentas que aparecen en la Biblia, algunas de ellas con un alto grado de severidad, ya que se cita la presencia de pedrisco (granizo de grandes dimensiones) y fuertes vientos (Josué, 10:11). A continuación incluimos algunas más:

 Isaías, 30

30  Jehová hará oír la majestad de su voz y hará ver el descenso de su brazo,

con la indignación de su ira y llama de fuego consumidor,

 con tormenta, con tempestad y  piedras de granizo.

Isaías,32

19 Y caerá granizo cuando caiga el bosque, y la ciudad será del

todo abatida.

Detail of a miniature of the plague of hail (Exodus 9:22-25), Add MS 15277, f. 7 British Library

En el Éxodo se describen las 10 plagas con las que Jehová castigó al pueblo egipcio ante la negativa del faraón a liberar a los esclavos israelitas. La séptima plaga consistió en una tormenta severa de granizo, como se describe de forma detallada a continuación, y que además muestra el interés que siempre ha existido por las efemérides, en este caso meteorológicas.

Éxodo, 9

18 He aquí que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy

pesado, cual nunca ha habido en Egipto, desde el día en que se

fundó hasta ahora.

19 Envía, pues, a recoger tu ganado y todo lo que tienes en el campo,

porque el granizo descenderá sobre todo hombre o animal

que se hallare en el campo y no fuere recogido en casa, y morirá.

———–

23 Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar

y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo

llover granizo sobre la tierra de Egipto.

———

25 Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo,

 así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo,

y desgajó todos los árboles del país.

La octava plaga, de la que hablaremos en un próximo capítulo, fue debida a la invasión de la langosta, como vemos en el detalle de esta imagen que refleja varias escenas de este episodio bíblico de las plagas que asolaron a Egipto.

Picture Bible (Crusader Bible). Paris, France, ca. 1244-1254.The Morgan Library & Museum. New York.

Detalle en el que se aprecian los rayos y el pedrisco que descargan desde las nubes, así como las enormes langostas desplazándose por el suelo

Este relato se completa en Salmos, con otros fenómenos meteorológicos adversos:

Salmos,78

46 Dió también al saltamontes sus cosechas

47 Sus viñas destruyó con granizo,

y sus higuerales con escarcha

48 y entregó al granizo sus ganados,

y a los rayos sus rebaños.

Como vimos en el capítulo VII las descargas eléctricas se producen en las nubes cumulonimbus, y de forma ocasional en nubes de erupciones volcánicas o de incendios. En este versículo se describe una de las características de estas nubes cumulonimbus, en relación a su gran desarrollo vertical o espesor (“espesa nube”)

Éxodo,19,

16 Y aconteció que al tercer día,

cuando vino la mañana, hubo

truenos y relámpagos y una espesa

nube sobre el monte, y un

sonido de trompeta muy fuerte; y

se estremeció todo el pueblo que

estaba en el campamento.

La séptima plaga

En esta ilustración del siglo XII vemos esta cándida representación de la séptima plaga, mediante cortinas verticales coloreadas, tal vez las azules representen al granizo y las rojas a las descargas eléctricas (fuego). La base de la nube ondulada, nos recuerda al rasgo suplementario de las nubes denominado “asperitas”, sin embargo, éste se aplica a los  géneros de nubes stratocumulus y altocumulus, no en el caso de las nubes cumulonimbus. También se observa a Moisés con cuernos en la cabeza, aspecto iconográfico que comentaremos con más detalle en el capítulo dedicado a la plaga de la langosta.

Asperitas sobre el Parque Nacional del Teide desde el Observatorio de Izaña

En el Apocalipsis se mencionan frecuentemente los rayos (relámpagos y truenos), incluso el pedrisco de tamaño descomunal (el peso de una piedra, según el equivalente de un talento de la época,  podría equivaler a 60 kg)

Apocalipsis,8

The Cloisters Apocalypse. ca. 1330 French. The Met Museum

7 Y el primer ángel tocó la trompeta,

y hubo granizo y  fuego

mezclados con sangre, y fueron

arrojados a la tierra; y la tercera

parte de los árboles fue quemada,

y se quemó toda la hierba verde.

Apocalipsis,16

21 Y cayeron del cielo sobre

los hombres enormes  granizos

como del peso de un  talento; y

los hombres blasfemaron contra

Dios por la plaga del granizo,

porque su plaga fue sumamente grande.

El pedrisco de mayor peso certificado por la OMM se corresponde con una pieza de 1,02 kg, registrada en Gopalganj ( Bangladesh) el 14 de abril de 1986, evento que causó la muerte de  9 personas.  En cuanto a la granizada más mortífera se encuentra la ocurrida el 20 de abril de 1888 en Moradabad (India), con 246 fallecidos. (fuente OMM: https://wmo.asu.edu/content/world-meteorological-organization-global-weather-climate-extremes-archive)

Muestra de pedrisco recogido en Vivian (Dakota del Sur.EEUU). Escala en pulgadas

En EEUU el pedrisco de mayor tamaño se corresponde con una pieza de 20 cm de diámetro, 47 cm de circunferencia y 879 g de peso, registrada en Vivian (Dakota del Sur) el 20 de julio de 2010. Como vemos, el aspecto suele ser el de una esfera irregular con capas concéntricas, muy diferente de los descomunales bloques de piedra de caras planas que pintó Gustavo Doré, que vimos en el capítulo anterior.

Curiosamente se muestra el diferente impacto del granizo según el tipo de cultivo y su correspondiente estado de desarrollo, singular precedente de las actuales peritaciones de los  de los seguros agrarios:

Éxodo, 9

31 El lino, pues, y la cebada fueron

destrozados, porque la cebada

estaba ya espigada y el lino en flor.

 32 Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados,

 porque eran tardíos.

Supercélula

Dentro de la clasificación de las tormentas, según su grado de adversidad, destacan las supercélulas, caracterizadas por tener una corriente ascendente en rotación. Este tipo de estructuras convectivas pueden generar tornados. Generalmente los tornados se manifiestan como una nube en forma de embudo que cuelga del cumulonimbo y llega hasta el suelo.

Recordando el episodio de la huida de Egipto, en primera instancia podríamos suponer que también se describe un tornado, “columna de nube”, pero en este caso no se menciona su rotación característica:

Exodo, 13

21 Y Jehová iba delante de ellos,

de día en una columna de  nube para guiarlos por el camino,

y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos,

a fin de que anduviesen de día y de noche.

En las siguientes ocasiones tampoco se describe ninguna rotación.

Deuteronomio,31

15 Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en una columna de nube;

y la columna de nube se puso sobre la entrada del tabernáculo.

 Salmo,99

7 En  columna de nube hablaba con ellos;

guardaban sus testimonios y el estatuto que les había dado.

Remolino de arena en Beerseba, Israel. Fuente Wikipedia: De Deror avi – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0,

 Sin embargo, sí existen referencias a “torbellinos” (remolinos o movimientos giratorios y rápidos del aire, arena o polvo -definición DRAE-), que probablemente se refieran a tolvaneras” o “dust devils” , que se observan con relativa frecuencia en zonas áridas y semiáridas.

Como vemos en los siguientes versículos Jehová también se manifiesta en estos “torbellinos”, que también son utilizados para ascender al cielo (quizás por sus corrientes verticales ascendentes), en otras ocasiones simplemente se describen torbellinos de viento:

Job,38

1 Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino y dijo…..

 Reyes 2, 1

1 Y aconteció que cuando Jehová iba a alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con  Eliseo de Gilgal.

Job,40

6 Entonces respondió Jehová a Job desde el torbellino y dijo:

Nahúm,1

3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder,

y no tendrá por inocente al  culpable.

Jehová marcha en el torbellino y en la tempestad,

y las nubes son el polvo de sus pies.

Proverbios,10

25 Así como pasa el torbellino, así el malo no permanece, mas el justo permanece para

siempre.

Zacarías,9

14 Y Jehová será visto sobre ellos, y su flecha saldrá como relámpago; y Jehová el Señor tocará la trompeta e irá en los torbellinos del sur.

Isaías,17

13 Los pueblos harán estrépito como ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento y como el polvo delante del torbellino.

Isaías,21

1 Profecía sobre el desierto del mar: Como los torbellinos que pasan por la región del sur, así viene del desierto, de la tierra horrenda.

Isaías,40

24 Apenas han sido plantados, apenas han sido sembrados, apenas su tronco ha echado raíz en la tierra, cuando él sopla sobre ellos y se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca.

Isaías,41

16 Los  aventarás, y se los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino. Pero tú te regocijarás en Jehová; te gloriarás en el Santo de Israel

Job,21

18 Son como la paja delante del viento

y como el tamo que arrebata el torbellino.

Retomando las referencias a Homero, hemos visto en capítulos anteriores que  en “La Odisea” se refieren  varios episodios de fenómenos meteorológicos adversos, fundamentalmente temporales marítimos.  Es curioso el frecuente uso del término “torbellino” al describir los temporales,  como vemos en estos ejemplos (aunque quizás se refiera más bien a ráfagas o rachas de viento, sin duda que las traducciones de estos términos de los textos originales pueden ser confusas).

¡Con qué nubes ha cerrado Júpiter el anchuroso cielo! Y ha conturbado el mar; y arrecian los torbellinos de toda clase de vientos.

Dijo (Neptuno); y, echando mano al tridente, congregó las nubes y turbó el mar; suscitó grandes torbellinos de toda clase de vientos; cubrió de nubes la tierra y el ponto, y la noche cayó del cielo. Soplaron á la vez el Euro, el Noto, el impetuoso Céfiro y el Bóreas que, nacido en el éter, levanta grandes olas.

Fuente: Sioutas M.V and  Keul A. Waterspouts of the Adriatic, Ionian and Aegean Sea and their meteorological environment. February 2007Atmospheric Research 83(2-4):542-557. DOI: 10.1016/j.atmosres.2005.08.009

Las trombas marinas (tornados sobre el mar) son en general menos intensas que los tornados, de hecho se distingue entre las de origen tornádico y las de buen tiempo. Las primeras pueden penetrar en tierra con características de intensos tornados. En el Mediterráneo se observan con relativa frecuencia.  Según Siouta y Keul (2007), entre julio y noviembre de 2002 se observaron 28 trombas en el Mediterráneo central-este, algo más de la mitad de las mismas con carácter tornádico.

Estos fenómenos de pequeña escala son difícilmente detectables por las redes convencionales de observación de los servicios meteorológicos nacionales. Por ello es fundamental la colaboración ciudadana, gracias a SINOBAS (Sistema de Notificación de Observaciones Atmosféricas Singulares), AEMET dispone de una magnífica base de datos de estos fenómenos, entre los que se incluyen los tornados y las trombas marinas que reportan los entusiastas aficionados.

Tromba marina observada en Sueca (Valencia) el 27 de noviembre de 2016, reportada en SINOBAS por el usuario Tiempo_Valencia

Aunque con menor frecuencia, los tornados también pueden penetrar en el mar y transformarse en trombas marinas. Tal vez se describa este hecho en este pasaje de “La Iliada”, de forma similar a como recrea esta ilustración del siglo XIX:

Illustration from the book The Philosophy of Storms, published in 1841

A la manera que un torbellino de vientos impetuosos desciende a la llanura, acompañado del trueno de Júpiter, y al caer en el mar con ruido inmenso levanta grandes y espumosas olas que se van sucediendo; así los teucros seguían en filas cerradas á los jefes, y el bronce de las armas relucía.

 

REFERENCIAS:

Sioutas M.V and  Keul A. Waterspouts of the Adriatic, Ionian and Aegean Sea and their meteorological environment. February 2007Atmospheric Research 83(2-4):542-557. DOI: 10.1016/j.atmosres.2005.08.009

 

FIN CAPÍTULO VIII

 

Enlace: Parte 9

 

Fuente:   Publicado el 30 abril, 2020 por aemetblog. Por Manuel Antonio Mora García. Meteorólogo del Estado. Delegación Territorial de AEMET en Castilla y León