¿Va a desaparecer Holanda a causa del cambio climático?

Buena parte de los Países Bajos se encuentra bajo el nivel del mar, un problema que se ve agravado por los efectos del cambio climático. ¿Qué va a pasar en los próximos años?

Una de las consecuencias más conocidas del cambio climático es el aumento del nivel del mar a consecuencia del derretimiento de los polos. Se trata de un proceso imparable que, en las zonas más afectadas, aumenta el riesgo de erosión y de sufrir inundaciones, además de complicar el acceso al agua potable.

Se estima que en torno al 10% de la población mundial vive en zonas que se encuentran a menos de diez metros sobre el nivel del mar. Según las estimaciones del último informe especial sobre océanos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), para el año 2100 y en un escenario de altas emisiones, el nivel del mar aumentaría 1,1 metros en las zonas más vulnerables.

En este contexto, muchas de las ciudades más pobladas del planeta podrían correr el riesgo de desaparecer, y hay un país que tiene motivos más que de sobra para preocuparse. El nombre de Países Bajos no es aleatorio, ya que buena parte de su superficie se encuentra bajo el nivel del mar. Los holandeses son expertos gestores en materia de ingeniería hidráulica, y llevan siglos ganando la batalla a las aguas a través de un complejo sistema de diques y canales que son también una de las señas de identidad del país.

Pero, hasta ahora, los habitantes de los Países Bajos no tenían que enfrentarse a un mar cuyo volumen va en aumento, ni a fenómenos meteorológicos extremos de intensidad creciente. El cambio climático añade un plus de dificultad a los encargados de configurar un plan urbanístico y de gestión hidráulica en un país que, literalmente, se hunde. Y es que, según un mapa digital del suelo publicado por el Centro de Geodesia y Geoinformática de los Países Bajos en 2018, el suelo holandés se hunde a mayor velocidad de lo esperado debido al cambio climático y a la acción humana. De no tomarse medidas, el hundimiento podría superar los 50 centímetros en los próximos 50 años. 

“Incluso para un país tan desarrollado como los Países Bajos, la tasa de cambio prevista en el nivel del mar y alto nivel de incertidumbre que se tiene con respecto a las predicciones nos hacen pensar que las estrategias actuales quizás no sean suficientes”, explica un artículo recientemente aceptado en la revista Environmental Research Letters y que analiza las implicaciones que tendría un aumento extremo del nivel del mar el plan de adaptación de este país.  

 

 El Plan Delta

En el año 1953, el suroeste de los Países Bajos sufrió una serie de inundaciones devastadoras, a raíz de las cuales el gobierno puso en marcha el Plan Delta, concebido para protegerse de este tipo de eventos y garantizar el suministro necesario de agua dulce. Inicialmente, el programa se centraba en acuerdos acerca de los límites de la costa y en determinar la altura que debían tener los diques pero, más de sesenta años después, el panorama ha cambiado mucho.

Como ya hemos comentado antes, el nivel del mar ha aumentado, hay más eventos meteorológicos extremos y, además, la población ha crecido, con lo que hay más personas potencialmente afectadas. Cerca del 60% del país corre el riesgo de terminar bajo el agua, incluyendo algunas de las grandes ciudades y centros económicos del mismo. Por eso, la mitigación y adaptación al cambio climático deben tenerse en cuenta a la hora de realizar los planes urbanísticos.

Una de las nuevas líneas de actuación del Plan Delta incluye la identificación de las zonas de los Países Bajos más vulnerables a las condiciones climáticas extremas. “Nuestra intención es que la planificación espacial de los Países Bajos nos prepare para el clima extremo de 2050, teniendo en cuenta tanto las inundaciones como los periodos prolongados de sequía y calor”, se indica en el apartado de cambio climático del programa de 2019.

Y, más allá de las obras públicas, los expertos que actualizan el programa también recomiendan la adaptación al cambio climático en la planificación de nuevas viviendas, teniendo en cuenta estos criterios tanto en la selección de ubicaciones, para evitar al máximo las zonas más inundables, como en los métodos de construcción empleados.

 

Espacio para el Río

Otro de los programas puestos en marcha por el Gobierno holandés es el llamado Room for the River que, en lugar de acotar y canalizar, se propuso dar más espacio al río para poder gestionar las crecidas. La idea fue seleccionar ubicaciones en riesgo en las que ‘devolver la tierra al agua’ y evitar inundaciones con consecuencias desastrosas.

La ejecución de este proyecto no ha sido sencilla, pues para ello se han debido demoler muchas viviendas y granjas, pero los holandeses trabajan contrarreloj para evitar desaparecer bajo las aguas del mar del Norte.

¿Servirán de algo todos los esfuerzos?

A pesar de todas las medidas puestas en marcha, son muchas las voces que se preguntan si todo esto no hará más que retrasar lo inevitable. “A largo plazo, deberíamos considerar una retirada controlada”, declaraba el año pasado Michiel van den Broeke, meteorólogo polar de la Universidad de Utrecht, en una entrevista a un medio de comunicación holandés. “Se están ignorando todos los efectos a largo plazo, pensamos que la adaptación resolverá todos nuestros problemas, y es una equivocación”.

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