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La vida en una ola

El cambio climático también modificará la realidad de muchas de nuestras actividades vinculadas al funcionamiento de la naturaleza, por ejemplo, el surf.

Foto: iStock

Surfistas de todo el mundo están preocupados por el futuro de las ondas marinas, y tienen claro que la conjugación de factores como el aumento del nivel del mar, el calentamiento del agua, el incremento de los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios en la morfología de la línea de costa están incidiendo ya en sus olas.

Tony Butt, oceanógrafo inglés, surfista y miembro de la Federación Asturiana de Surf, vive desde hace muchos años frente al mar Cantábrico, desde donde sigue en primera línea y a diario la evolución de la meteorología, tanto por interés profesional como para practicar su gran afición sobre la tabla. Butt afirma que el mapa de las olas está cambiando. Así, muchas olas que se sucedían desde hace años, vinculadas a un patrón meteorológico estable, han desaparecido o están en vías de hacerlo. "Por otro lado, surgen nuevas olas que no habíamos detectado antes –dice Butt–. Podremos seguir practicando el surf, pero las guías deberán ser reescritas porque muchas de las localizaciones que durante tantos años han constituido los mejores lugares para surfear deberán ser borradas del mapa" afirma Butt.

Diversas asociaciones de surf aportan desde hace años sus datos en la web, con la intención de calibrar los impactos que el calentamiento global causará en este deporte. La organización Tu clima, tu vida, es una de ellas; un recurso educativo sobre el cambio climático creado por la Real Sociedad Geográfica de Londres y el Instituto Británico de Geógrafos, que invita desde su web a calibrar los impactos del calentamiento global sobre el surf, que pueden ser tanto negativos como positivos.

Por ejemplo, si sube el nivel del mar se crearán nuevas olas, pero también se verán afectadas las infraestructuras y las propiedades de las playas. Si aumentan los huracanes también se generarán más olas, aunque es evidente que el riesgo por la vida y las infraestructuras se incrementará. Y si las aguas aumentan de temperatura, en algunas zonas habrá más animales peligrosos para los surfistas, como los tiburones, aunque por el contrario quizá ahorrarán en neopreno.

El conservacionista Joshua Berry, director del programa chileno de la organización Save the Waves, entidad que, además de preocuparse por las olas, aboga por una vida sostenible y exenta de emisiones de carbono, piensa que el surf siempre se practicará. "Nosotros podremos adaptarnos a los cambios forzados en el océano y en la costa, pero ¿podrán hacerlo todos los demás?", se pregunta. Berry opina que el cambio climático nos afectará de una forma que aún no podemos calibrar. "Pero nosotros, los surfistas, somos adaptables por naturaleza, así que sin dudarlo surfearemos las olas que el océano nos ofrezca". "Y es que", añade, "somos plenamente conscientes de que, al fin y al cabo… la vida es una ola".

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