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LA LANGOSTA EN LAS ISLAS CANARIAS

Langosta migratoria (Locusta migratoria).

El territorio de las Islas Canarias, por su proximidad a las zonas de cría de la langosta del desierto del continente africano, sufre periódicamente la visita de este insecto con capacidad de migración en las épocas de mayor infestación, también conocido como “langosta berberisca” o “langosta peregrina” en las islas. Además, por su característico clima, existen algunas zonas semiáridas donde habita una especie de langosta autóctona, llamada “cigarrón” o “cigarra del país”, “langostillo” o “abocastro”, pero su escasa población y las medidas preventivas adoptadas mediante tratamientos fitosanitarios, hacen que estas especies autóctonas no supongan un peligro para las cosechas.

Existen otras especies de langosta migratorias, similares a la langosta del desierto, que pueden afectar a las islas, como la langosta migratoria (locusta migratoria) o la langosta marroquí (Dociostaurus maroccanus), esta última endémica de algunas zonas de la península ibérica y que trataremos en un próximo capítulo.

La llegada de la langosta del desierto se produce con vientos del segundo cuadrante, es decir, entre el sur y el este, de forma similar a la calima o el polvo africano en el que a veces van suspendidas, tal y como observaba José de Viera y Clavijo, sacerdote, historiador y escritor canario representante de la Ilustración, que en 1772 en su obra “Noticias de la Historia General de las islas de Canaria“ expresaba: “He dicho que lo menos malo que introducen los vientos Australes en las Canarias es el calor, porque también suelen acarrear la sequedad, el huracán y la langosta”

En el siglo XX se han producido dos plagas significativas espaciadas cuatro años, en 1954 y 1958, de las que disponemos testimonios audiovisuales gracias al NODO, así como escritos a través de la prensa, incluida la deportiva.

Plaga en Canarias. Min 08:43 NODO. 1954 http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-617/1483287/

Presión media al nivel del mar el día 15 de octubre de 1954. Data/image provided by the NOAA/OAR/ESRL PSL, Boulder, Colorado, USA, from their Web site at http://psl.noaa.gov/

En el mapa de presión media al nivel del mar correspondiente al día 15 de octubre de 1954 se aprecia una baja atlántica al norte de las islas Madeira y un anticiclón centrado en el Mediterráneo occidental que penetra en cuña sobre el norte de África, originando un flujo del SE sobre Canarias, que favorece la llegada de la langosta desde las zonas de cría de Mauritania.

Geopotencial (izqda.) y temperatura (dcha.) medios en 500 hPa el día 22 de noviembre de 1954.

Esta plaga fue seguida de un temporal de lluvia que ocasionó graves inundaciones, y que también fue noticia. Entre los días 22 y 23 de noviembre de 1954 se registraron 334 mm en el observatorio de Izaña, 224 mm en Güimar y 144 en el aeropuerto de Gran Canaria (la efeméride de máxima precipitación mensual -desde 1951- se alcanzó ese mes, con 254 mm). Las precipitaciones se produjeron al paso de una profunda vaguada, como se aprecia en los campos medios de geopotencial y temperatura en 500 hPa.

Inundaciones en Canarias noviembre 1954. NODO https://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-622/1485785/

Plaga de langosta en Tenerife. 1958 . NODO. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-826/1486225/

Presión media al nivel del mar el día 16 de octubre de 1958

 

La configuración sinóptica del día 16 de octubre de 1958 nos muestra un potente anticiclón al noroeste de la península ibérica que se extiende en cuña sobre el noroeste de África, y un área de bajas presiones asociado a la ITCZ sobre África central, cuyo resultado es un flujo del este y sureste sobre Canarias.

El partido de la langosta

El domingo 17 de octubre de 1954 la U.D. Las Palmas jugaba su encuentro oficial correspondiente a la sexta jornada de liga de fútbol de 1ª división frente al Atlético de Bilbao, en el abarrotado Estadio Las Palmas, de Gran Canaria, con 20 000 espectadores en las gradas y un ambiente sofocante. Aún no se retransmitían los partidos de fútbol por televisión (el primer partido precisamente se retransmitió en la jornada siguiente). Algunas normas también eran diferentes, por ejemplo no se permitían los cambios o sustituciones, ni siquiera por lesión.

Hubo varios protagonistas en este partido, uno de ellos el delantero del equipo canario Ricardito, que tuvo que abandonar el campo tras sufrir una fractura de nariz en un choque con un rival. Con gran valentía, pundonor y arrojo, una vez atendido por los servicios médicos volvió al campo con un aparatoso vendaje, marcando un gol de cabeza. Los otros protagonistas fueron el defensa Marcial y la temible langosta. En la segunda parte, con resultado 3-1 para los locales, una gran nube de langosta invadió el estadio, despistando al defensa derecho Marcial, que cometió un error defensivo. Esta circunstancia fue aprovechada por el Atlético de Bilbao para marcar. El resultado final fue empate a tres, que permitió liderar la clasificación al Atlético de Bilbao, aunque el vencedor del campeonato aquel año fue el Real Madrid.

El testimonio de Marcial Sánchez de Egea sobre el denominado “partido de la langosta” fue el siguiente: “El choque debió ser suspendido ya que la multitud de langostas era tan grande que provocaban la oscuridad de la noche. En las postrimerías del encuentro el césped se cubrió de langostas como si fuera una alfombra en un día de Corpus: unas volaban y otras se posaban en los postes y redes de la portería impidiendo la visión. Esta plaga había venido de África en grandes proporciones perjudicando enormemente la cosecha y cultivos de las islas. Íbamos ganando el partido y en un avance de la delantera bilbaína, cuando me disponía a despejar el balón resultó ser una bola de langostas con forma de esférico, recogiendo el verdadero balón Arteche para introducirlo en la red. Yo me quedé aturdido y perplejo sin saber lo que hacer mientras el extremo bilbaíno corría a celebrar el gol.” Extracto de “El bravo defensa Marcial y el partido de las langostas”. Volumen IV de la historia de la UD Las Palmas, cuyo autor es Antonio de Armas de la Nuez. https://www.udlaspalmas.es/noticias/noticia/el-bravo-defensa-marcial-y-el-partido-de-las-langostas

Presión media al nivel del mar el día 17 de octubre de 1954.

Los Viejos. José Arencibia. 1956.Centro de Estudios de Historia Contemporánea. Casa Museo León y Castilla. Cabildo de Gran Canaria.

Entre los métodos tradicionales para combatir las plagas hasta la segunda mitad del siglo XX, se encontraban la producción de humo mediante incendios controlados y la generación de ruido con cacerolas, latas, palos u otros utensilios. En esta obra de José Arencibia, un grupo de ancianos campesinos, con gesto adusto, parecen manejar pesados “rodillos” o “pisones”, herramientas utilizadas para matar a las langostas por aplastamiento.  Al fondo se observan arbustos (cardones) en llamas y el humo resultante. Esta técnica de prender fuego al cardón o  euphorbia canariensis, arbusto endémico representativo del ecosistema semidesértico canario y con alto contenido de látex, era una práctica habitual, ya que el humo tóxico resultado de la combustión asfixiaba a las langostas. También se utilizaba con fines medicinales y en la pesca, arrojando trozos en la orilla del mar para “atontar” a los peces y facilitar su captura, dadas  sus propiedades tóxicas.

Cardones.

Los cardones están presentes en todo el archipiélago, salvo en la isla de Lanzarote, donde prácticamente ha desaparecido, tal vez debido a estas prácticas centenarias, teniendo en cuenta que esta isla es junto a Fuerteventura la más próxima al continente africano y por tanto más expuesta a las invasiones de la langosta.

En los años 50 comenzó el uso de medios aéreos para fumigar, en especial en la plaga de 1958, en que la ayuda de la aviación fue determinante para combatirla. Recientemente, con motivo del 60 aniversario se erigió el “Monumento a la avioneta” en el lugar donde se ubicaba la base de operaciones de estas avionetas, el  aeródromo de El Socorro, en el Valle de Güímar (Tenerife).

Gran plaga de langosta exterminada. 18 de octubre de 1958. Fuente; Archivo fotográfico Jaime O`Shanahan. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Los primeros pesticidas tenían efectos muy adversos para el medio ambiente, de forma que probablemente contribuyeron a la desaparición en Canarias del milano real (Milvus milvus) y en la reducción de la población del guirre (Neophron percnopterus). Afortunadamente, actualmente se utiliza una disolución de clorpirifo, cuyos efectos medioambientales y sobre la cadena trófica, si estos productos se aplican adecuadamente, son muy limitados.

Con posterioridad a estas plagas de los años 50, destaca el episodio del 9-10 de diciembre de 1988 (cuyos primeros enjambres, un par de meses antes, consiguieron llegar hasta el Caribe).

Desert Locust Situation summary and forecast. FAO. Boletín diciembre 1988

 Ya en el siglo XXI, algunos enjambres de langosta llegaron a las islas más orientales, especialmente a Lanzarote, entre los días 26 y 28 de noviembre 2004. Se estimó la presencia de 2 000 000 de ejemplares. Su origen estuvo en las lluvias registradas en el Sahel durante el verano y principios del otoño de 2003 que permitieron el desarrollo de la vegetación, y que unido a las altas temperaturas favorecieron la reproducción. Los ejemplares, adultos inmaduros, llegaron exhaustos, además se realización fumigaciones controladas, por lo que no causaron grandes problemas. Posteriormente algunos ejemplares llegaron al suroeste de la península ibérica, notificándose en el Algarve portugués el 1 de diciembre.

Grafico resumen del episodio de recrudecimiento de langosta 2004-2005. Fuente: FAO.

Situación de las infestaciones de langosta en noviembre de 2004, y probable evolución en enero de 2005.FAO

Noticias en prensa relacionadas:

https://elpais.com/diario/2004/11/30/sociedad/1101769204_740215.html

https://www.elmundo.es/elmundo/2004/11/28/sociedad/1101667089.html

https://elpais.com/sociedad/2004/11/29/album/1101682801_910215.amp.html

Presión media al nivel del mar correspondiente los días 9 y 10 de diciembre de 1988 (arriba) y los días 26 y 27 de noviembre de 2004

Aunque con configuraciones sinópticas totalmente diferentes sobre el Atlántico, una anticiclónica y la otra ciclónica, el flujo resultante sobre las islas Canarias en ambas ocasiones (1988 y 2004) fue del SE. El día 9 de diciembre de 1988 se observa un potente anticiclón al norte de la Península que se extiende en cuña sobre el NW de África, situación que se repite al día siguiente. El 27 de noviembre de 2004, es un anticiclón mediterráneo el que se extiende sobre el norte de África, mientras una baja al norte de las islas Madeira se desplaza al día siguiente hacia el sureste.

Los análisis de retrotrayectorias a partir de los modelos de predicción numérica son de gran interés para determinar el origen de las masas de aire, que en este caso se puede aplicar para conocer la trayectoria aproximada que siguieron los enjambres de langostas.

Retrotrayectorias en 24 horas calculadas con el modelo ERA-INTERIM los días 9 de diciembre de 1988 y 26 de noviembre de 2004 para las islas más orientales

En octubre de 1988, como comentamos en el capítulo anterior sobre la langosta del desierto, se produjo la llegada de estos insectos al Caribe,  procedentes de Mauritania y Senegal. El viaje se realizó en dos etapas, finalizando la primera en las islas Cabo Verde. A continuación reproducimos las retrotrayectorias calculadas para las dos jornadas del viaje, aunque hay que tener en cuenta que los enjambres pueden ascender y descender de altura en el seno del aire, por lo que estas trayectorias son orientativas.

Retrotrayectorias en 36 y 90 horas calculadas con el modelo NCEP/NACAR Reanalysis los días 4 de octubre de 1988 y 13 de octubre de 1988 para las islas de Cabo Verde y Antillas orientales respectivamente.

Antecedentes históricos

José de Viera y Clavijo, a quien hemos citado al principio y volveremos a hacer al final, es una de las grandes figuras de la Ilustración en España. En sus obras describe las plagas históricas en Canarias de forma minuciosa, así como características del clima isleño.

En su “Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias”,  enumera algunas plagas ocurridas entre los siglos XVI y XVII, en concreto en los años 1588, 1608, 1615, 1645; 1659; 1680; 1759; 1778; y 1800. Ramírez Muñoz (2001) completa el registro de plagas, contabilizando quince entre los siglos XVI y XVIII, cuatro en el XIX y cinco en el XX. Según este autor suelen ocurrir en la segunda quincena de octubre, de hecho, las cuatro últimas del siglo XX comenzaron el 15 de octubre, festividad de Santa Teresa, e intercesora contra las plagas según acuerdo del Cabildo catedralicio de 1666.

En su obra “Noticias de la Historia General de las islas de Canaria“, describe como la colaboración ciudadana (forzosa) era fundamental para combatir las plagas, siendo asumida con resignación y gran responsabilidad por los campesinos.

“La langosta , plaga conocida en nuestras islas bajo el renombre de cigarra, es el presente mas funesto que las suele hacer la vecina costa de Berbería, y el mismo que se experimentó en Tenerife por los años de 1588, a tiempo que era Gobernador el Capitán Juan Núñez de la Fuente, recibido 4 años antes. Los vecinos, de orden del Ayuntamiento, tenían que salir por las noches a matar enterrar, y quemar aquellas nubes de sabandijas, apiñadas sobre los arboles, y en las pencas de las tabaybas y cardones.”

También describe perfectamente los efectos desastrosos sobre la vegetación isleña.

“Una nube inmensa de langosta que cubría cielo y tierra , se echó sobre las Islas los días 15  y 16 de Octubre (1659) amenazando la devastación mas universal. En poco tiempo no dejaron aquellos insectos cosa verde. Destruyeron las yerbas, huertas, viñas, y demás plantas, de tal manera que hicieron presa hasta en las hojas de las palmas que son tan duras, y en las de la pita que no hay animal que las coma. Cando faltó el follaje de los arboles, se apoderaron de las cortezas, por lo que se secaron muchos; y cuando ya no hallaron que comer, se comieron unas a otras, infestando las aguas, corrompiendo el aire, y atemorizando los pueblos.”

Como clérigo, Viera y Clavijo llegó a ser Arcediano de Fuerteventura. Sin duda que este ilustrado sacerdote tuvo que armonizar su pensamiento racionalista y la fe cristiana. Tomando como premisas que el orden de la naturaleza se rige por voluntad divina, y que el hombre ofende a Dios con sus pecados, los desastres naturales son resultado de la ira divina por los pecados cometidos, por lo que es necesario proceder al arrepentimiento y la penitencia. Como ejemplo sirve esta cita de la misma obra, aunque tal vez muestra su aspecto más racional e ilustrado con una lacónica frase final: “La plaga cesó dos meses después”, sin especificar si fue por causas naturales o gracias a la intercesión de la Virgen.

 “Como en semejantes apuros es cuando reconoce la soberbia del hombre su flaqueza , solo pensaron aquellos habitantes en humillarse, hacer ademanes de penitencia pública, y disfrazar sus clamores en rogativas, exorcismos , sermones, procesiones y novenarios. En la Gran Canaria , donde el nuevo Obispo Don Fray Juan de Toledo acaloraba con su ejemplo el espíritu de deprecación, se condujo a la Catedral la imagen de nuestra Señora del Pino, desde su Santuario de Teror. En Tenerife se llevó a la Laguna la de nuestra Señora de Candelaria el día 1 6 de noviembre , en donde se mantuvo hasta 29 de diciembre del mismo año. La plaga cesó dos meses después.”

En el próximo capítulo hablaremos de forma más prolija sobre la religión y las supersticiones en relación a las plagas de langosta, pero antes queremos mostrar otro ejemplo del historiador del siglo XVII, Juan Nuñez de la Peña, que nos habla del temor al castigo divino, en este caso acrecentado por el pánico que debió causar el eclipse de sol simultáneo a  la plaga de langosta, así como de la intercesión divina que acabó con la plaga. La cita procede de su obra “Conquista y antigüedades de la isla de la Gran Canaria y su descripción, con muchas advertencias...”, publicada en 1676:

 “En el año de 1659 en jueves 16 de octubre, entró en esta isla de Tenerife una gran plaga de langosta que hizo mucho daño en las viñas, huertas y sembrados, fue tanta por nuestros pecados, que los vecinos salían a matarla, y cada uno entregaba un costal de ella todos los días; fue este castigo en todas las islas, y un día a la hora de medio día hubo eclipse de sol, y fue tal oscuridad, que parecía mas cerca de la noche, que día, y la langosta caía en tierra, fue este un día muy temeroso, al fin de cuatro meses fue nuestro Señor servido de destruirla, y fue el año siguiente fértil de todos frutos, cuando se juzgó muy estéril” .

José de Viera y Clavijo y la meteorología

José de Viera y Clavijo

El tinerfeño José de Viera y Clavijo (1731-1813), aficionado a la escritura y la lectura desde muy joven, completó sus estudios para ser ordenado sacerdote, destacando como gran predicador. La lectura de las obras del padre Feijoo, con su espíritu crítico y la defensa de la ciencia basada en la razón, ejercieron un gran influencia sobre Viera, acrecentando su interés por la ciencia, compaginado con el estudio de idiomas. Como gran orador y persona erudita y simpática, pronto fue invitado a las tertulias más influyentes de La Laguna. Estas cualidades le servirían para entrar al servicio del  “afrancesado” Marqués de Santa Cruz, como encargado de la instrucción y formación de su hijo, el Marqués del Viso.

Su deseo de ampliar sus conocimientos científicos se vieron cumplidos cuando acompañó su  joven y recién casado pupilo durante su viaje a París en 1777, donde conoció a eminentes científicos de la época como Priestley o Sigaud de la Fond, del que recibió un curso sobre los “los gases o aires fijos”. A su vuelta a Madrid, al servicio del Marqués de Santa Cruz, puso en práctica sus conocimientos de química, física y termodinámica del aire realizando varias demostraciones del vuelo de pequeños globos aerostáticos de fina piel, inflados con hidrógeno. Fue otro canario, el ingeniero e inventor Agustín de Betancourt el responsable del primer vuelo no tripulado en globo en España, el 27 de noviembre de 1783,  en respuesta al interés creciente de la corte en estos espectáculos, siguiendo la moda importada de Francia.

Unos años antes, en 1774, acompañó a los marqueses durante su viaje por las tierras de su propiedad en La Mancha, donde conoció al pintor y escultor Isidro Carnicero, que viajaba con ellos con el encargo de realizar dibujos para dar testimonio de este periplo. Tal vez el futuro de la incipiente aerostación fue un tema de conversación, que desató la imaginación de Carnicero o de Viera y quedó  plasmada en este grabado, que recrea una fantástica corrida de toros en el aire.

Fiesta de toros en el aire. Grabado de Isidro Carnicero.1784 Fuente Biblioteca Nacional de España

Jesusa Vega, en su publicación “Ciencia, Arte e Ilusión en la España Ilustrada”, sugiere que los dos clérigos que aparecen, uno en la esquina inferior derecha aproximando a sus ojos unas lentes de aumento, vestido a la antigua (de manteo y sombrero de teja),  y otro al lado de un telescopio, vestido a la moderna (destacando la peluca francesa) en la esquina inferior izquierda, podrían ser Viera y Pedro de Silva, también sacerdote y hermano del marqués. Según esta autora, en sus viajes al extranjero (además de Francia y Países Bajos visitó Italia y Alemania), Viera solía vestir “a la moderna”.

Poco después, el hermanastro de Isidro Carnicero Leguina, el pintor Antonio Carnicero Mancio, realizaría una obra más seria por encargo real, dando testimonio de la ascensión de un globo Montgolfier tripulado en los jardines de Aranjuez, y que comentamos en el post sobre la meteorología en el Museo del Prado (ver referencia al final).

La obra “Los ayres fixos”, firmada con el seudónimo de Diego Díaz Monasterio (ayuda de cámara del Marqués que formaba parte del selecto público que acudía a los experimentos y demostraciones de Viera), se trata de un curioso poema didáctico, bello y original ejemplo de cómo la poesía y la ciencia se pueden combinar de forma armoniosa en la enseñanza. Publicado en 1779, Viera y Clavijo añadió un sexto canto dedicado al “Globo Aerostático” en 1783. La obra incluye un grabado de Isidro Carnicero donde aparece probablemente Viera (existen dudas sobre si pudiera ser Díaz de Monasterio), leyendo la obra rodeado del instrumental de su gabinete de física y química.

Izquierda. Retrato de Viero y Clavijo, obra de Isidro Carnicero que aparece en la obra “Los ayres fixos”, 1780. Fuente: Biblioteca Nacional de España. Derecha: Portada de la Machina Aerostática. Adición al poema de los ayres fixos.

En este canto se describe el origen de la aeroestación y los primeros vuelos, como el de Charles y Boyer, donde se observaron algunas propiedades características de la troposfera en sus niveles inferiores, como es el descenso de la temperatura y la presión al elevarnos. En las notas describe este hecho de forma científica:

“Volvió a subir solo Mr. Charles media hora después, y en 10 minutos se elevo a una altura de 24 brazas, donde era tal el frío que el termómetro había descendido 12 grados ; y tal la altura y la levedad de la atmosfera , que el barómetro había bajado once pulgadas. Volvió a tierra el viajante al cabo de 35 minutos, habiendo andado cosa de legua y media.”

Su faceta literaria le permitió transformar con gran habilidad esta explicación teórica en verso:

Pues bajaron en climas tan helados

barómetro y termómetro diez grados.

También hace mención a los pequeños globos que hizo volar en los jardines del Marqués de Santa Cruz.

De la Imperial Madrid los nobles hijos,

Que aman la novedad más que al toro,

También han visto ya con ojos fijos;

Tres esferas volar como un meteoro.

Viera y Clavijo fue un gran divulgador científico, preocupado por la pedagogía y la mejor forma de acercar la ciencia a los jóvenes, no sólo a través de sus poemas didácticos, sino con obras como “Noticias del cielo o Astronomía para niños”, publicado en 1811, en el que explica a través de escuetas preguntas y respuestas conceptos básicos de astronomía. Comienza con la primera pregunta que transcribimos:

“Arrebatada mi alma al fijar la atención en ellos, quisiera instruirme de algún modo en el conocimiento de los cuerpos celestes, y a diferencia de los brutos, saber distinguirlos con tal cual individualidad”.

 Curiosamente muestra la teoría heliocéntrica copernicana, retomada por Galileo Galilei y por la que fue condenado por la Iglesia en 1633, pese a haber abjurado de ella de forma forzada. Aunque la Iglesia se dio cuenta del error y permitió incorporar esta teoría en las publicaciones a partir de 1757, algunas obras continuaban siendo rechazadas, como ocurrió en 1820, con la obra “Elementos de óptica y astronomía” del canónigo Settele, profesor de la universidad de Roma “La Sapienza”, que no obtuvo “el “imprimatur” que permitía su publicación. En 1992 el papa Juan Pablo II rehabilitó públicamente a Galileo Galileo.

Esquemas del sistema copernicano y de eclipse de sol. Noticias del cielo o Astronomía para niños”. José Viera y Clavijo. 1811. Fuente ULPG. Biblioteca Universitaria.

Recomendamos la lectura de las páginas que reproducimos, en las que se muestra la diferencia entre astrología y astronomía, y además nos permiten ver el estilo conciso y directo de esta obra, que finaliza con esta frase: “viva la astronomía y muera la absoluta ignorancia de ella”.

Noticias del cielo o Astronomía para niños”. José Viera y Clavijo. 1811. Fuente ULPG. Biblioteca Universitaria.

En su opúsculo “Advertencia á los Maestros de Escuelas sobre el método de enseñar los niños”, insiste en la importancia de la observación y la experimentación en la enseñanza de las ciencias naturales,  entre ellas “la causa de las lluvias y de las tempestades”.

Viero nos ofrece información climática de indudable valor, teniendo en cuenta que se refiere a la segunda mitad del siglo XVIII, cuando aún no existían redes de observación meteorológica en Canarias.

Así menciona algunas características del clima canario, como las sequías o la ausencia de tormentas en el verano.

“El cielo niega muchos años las lluvias. Las carnes son pocas. No hay nublados ni tempestades en los veranos; pero los aires Meridionales son vientos exterminadores, que suelen traer la langosta.”

En relación a las tormentas, continúa de la siguiente manera:

Parecerá cosa admirable que siendo generalmente el estío el tiempo propio en que por todas partes acontecen las grandes lluvias, granizadas, rayos, truenos y demás meteoros que se explican filosóficamente por medio de las impresiones de la misma estación, sea esto tan irregular en las Canarias que deba mirarse como un raro fenómeno. En efecto las turbonadas, las nubes fulminantes, y las pedreas no se experimentan sino en el mayor rigor del invierno, tal vez a causa de la naturaleza de los vientos que reinan entonces y que no tienen igual curso en el verano. Véase aquí aventurada sobre este punto una explicación filosófica. Aquellos vapores y exhalaciones sulfuro-nitrosas, que se elevan a la atmósfera, por ministerio de los calores del estío, siendo improvisamente atacados por alguna masa de aire frío -cual es un viento Norte, esparcido a cierta altura de la región del aire- hallan bastante causa para degenerar en un nublado tempestuoso, capaz de deshacerse en agua, o granizo, y de reventar en rayos y truenos: pero este reencuentro de aire más frío es lo que falta por tiempo del estío en nuestro clima. Todos los vientos que entonces se levantan, son o bien orientales, o bien meridionales; es decir, propios para derramar los vapores y las exhalaciones, pero no para batirlas y reducirlas a nublado. Solamente a fines del otoño, o a principios de invierno suele acontecer aquel choque de vientos más fríos, capaces de revolver, agitar, electrizar y reducir al punto de ignición las materias que producen el relámpago, el rayo y el trueno

Número medio mensual de descargas eléctricas y de días tormentas en las Islas Canarias

Aunque hayan transcurridos más de 200 años parece que ese patrón de tormentas observado no ha variado mucho. Según el reciente estudio de la climatología de tormentas y descargas eléctricas en España (periodo 2007-2016), en el archipiélago canario las tormentas son mucho más escasas que en la Península, además prácticamente no ocurren en verano, y la época más frecuente es a finales de otoño (octubre-noviembre) y en invierno, tal como indicaba Viera.

Referencias:

https://aemetblog.es/2020/05/18/influencia-de-las-variables-meteorologicas-en-el-desarrollo-y-migracion-de-la-langosta-del-desierto/

La langosta peregrina en Gran Canaria. Historia de una maldición. Ramírez Muñoz, M. Lección inaugural del Curso Académico 2001-2002.UNED. Centro Asociado de Las Palmas de Gran Canaria.

https://www.tintaamarilla.es/noticia/2020/03/20/26/36410-Fallece_Ricardito__heroe_del_partido_de_las_langostas.html

https://pellagofio.es/islenos/historia-oral/patadon-a-las-langostas-de-la-ud-las-palmas-y-gol-del-athletic/

https://www.udlaspalmas.es/noticias/noticia/el-bravo-defensa-marcial-y-el-partido-de-las-langostas

http://www.grancanariacultura.com/documents/7434712/7456606/PD+Info+Los+Viejos.+1956.+Jose%CC%81+Arencibia+Gil/b1ea1b1e-b52a-4758-badc-540f8e1a6941?version=1.0

https://losrealejos.es/documentos/prensa/los-realejos-a-traves-del-tiempo/boletin_XIV_ENERO_2013__VIERA.pdf

https://aemetblog.es/2019/03/10/la-meteorologia-en-el-museo-del-prado-ii-nubes-singulares/

Copérnico, Galileo y la Iglesia: Discursos de Juan Pablo II y del Cardenal Paul Poupard. “L’Observatore Romano” N° 46, el 13 de noviembre de 1992.

Ciencia, Arte e Ilusión en la España Ilustrada. J. Vega,  , Madrid, CSIC y Ediciones Polifemo, 2010.

Fuente:   Publicado el 25 mayo, 2020. Por Manuel Antonio Mora García. Meteorólogo del Estado. Delegación Territorial en Castilla y León